El Mundo.es No, no es cierto que sólo usemos un pequeño porcentaje de su capacidad. Tampoco es verdad que se necesiten nuevas neuronas para aprender.
«Sólo usamos el 10% de nuestro cerebro». ¿Cuántas veces ha oído esta frase? ¿Usted mismo la ha pronunciado para rebatir a su cuñado en alguna cena familiar? Pues sepa que no es cierta ni tiene ningún respaldo científico. No se apure, no es el único que estaba equivocado. Pese a ser errónea, la creencia está muy extendida, como también lo están muchas otras falsas ideas sobre el cerebro, un órgano cuya aureola de misterio parece dar especial pábulo a la fabulación.
La idea de que sólo empleamos un pequeño porcentaje de un ‘ordenador’ con un grandísimo potencial que sólo espera a ser ‘despertado’ para ponerse a trabajar es fantástica. Abre la puerta a todo un mundo de capacidades por explorar. Sin embargo, la ciencia ha demostrado en numerosas ocasiones que «el cerebro no mantiene zonas en desuso y en realidad funciona como un todo», tal y como aclara Pablo Irimia, vocal de la Sociedad Española de Neurología (SEN).
«Este neuromito es tan popular que hasta ha sido el punto de partida de diversas obras literarias o cinematográficas, como la película reciente ‘Lucy’. Pero los estudios de neuroimagen funcional han sido capaces de mostrarnos la variedad de áreas cerebrales que se activan según diversos procesos biológicos.
El reconocimiento facial, las emociones, el humor… Todas ellas son funciones cerebrales que se producen por la activación de diferentes áreas» en toda la estructura cerebral, coincide Ayoze González, neurólogo del Hospital San Roque de Las Palmas de Gran Canaria.