HealthDay News.- Las tasas de osteoartritis de la rodilla se han duplicado en Estados Unidos desde los años 40, pero no solo porque los estadounidenses vivan más tiempo y pesen más, sugiere un nuevo estudio.
Para llegar a esa conclusión, investigadores de la Universidad de Harvard examinaron más de 2,000 esqueletos de todo Estados Unidos.
«Pudimos mostrar, por primera vez, que esta causa generalizada del dolor es en realidad el doble de común hoy día que en el pasado reciente. Pero la sorpresa incluso más grande fue que no se debe solo a que la gente viva más o esté engordando, sino a otros motivos probablemente relacionados con nuestros ambientes modernos», apuntó el primer autor del estudio, Ian Wallace.
Wallace es becario postdoctoral en el laboratorio del autor principal del estudio, Daniel Lieberman, profesor de ciencias biológicas en la Universidad de Harvard.
Los investigadores trabajan ahora para averiguar qué está provocando el aumento.
Dijeron que averiguar más sobre la osteoartritis de rodilla es importante no solo porque afecta a un tercio de los estadounidenses mayores de 60, sino porque es responsable de más discapacidad que casi cualquier otro trastorno musculoesquelético.
«¿No sería magnífico que la gente pudiera vivir hasta los 60, los 70 o los 80 sin nunca desarrollar osteoartritis en primer lugar?», se preguntó Lieberman en un comunicado de prensa de la Harvard.
Anotó que la enfermedad es «casi intratable del todo aparte de un reemplazo de articulación», y una vez alguien la tiene, crea un círculo vicioso.
«Las personas se vuelven menos activas, lo que puede conducir a muchos problemas más, y su salud al final se deteriora a un ritmo más rápido», explicó Lieberman.
Este estudio podría cambiar la creencia de que la osteoartritis de rodilla es una parte inevitable de envejecer, e intensificar los esfuerzos por prevenirla, como se ha hecho con la enfermedad cardiaca, sugirieron los investigadores.
«Hay muchos factores de riesgo de la enfermedad cardiaca que se comprenden bien, de forma que los médicos pueden aconsejar a sus pacientes que hagan ciertas cosas para reducir sus probabilidades de desarrollarla», apuntó Lieberman.