La obesidad, incluso en la adolescencia, podría aumentar las probabilidades de cáncer de colon en la adultez, encuentra un nuevo estudio de gran tamaño.
Unos adolescentes con sobrepeso y obeso de Israel tenían un riesgo de cáncer de colon un 53 por ciento más alto en la adultez, encontraron unos investigadores.
En cuanto al cáncer rectal, la obesidad (pero no el sobrepeso) se vinculó con un riesgo de más del doble en las chicas, y un riesgo un 71 por ciento más alto en los chicos, en comparación con los adolescentes de peso normal.
«Este estudio es una evidencia adicional de que los factores de riesgo del cáncer de colon están activos a lo largo de toda la vida», comentó el Dr. Andrew Chan, profesor asociado en la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard.
Los hallazgos «resaltan la importancia de mantener un peso corporal sano, incluso en la niñez», añadió Chan, que no participó en el estudio.
De acuerdo con la Sociedad Americana Contra El Cáncer (American Cancer Society), el cáncer de colon es el tercer cáncer más comúnmente diagnosticado entre los hombres y mujeres de EE. UU., sin incluir el cáncer de piel.
Este año, en Estados Unidos se diagnosticarán unos 95,500 casos nuevos de cáncer de colon, y casi 40,000 casos nuevos de cáncer rectal, según la sociedad.
Dado que tantos estadounidenses jóvenes tienen sobrepeso o son obesos, las preocupaciones sobre el efecto del peso excesivo en la enfermedad crónica más adelante en la vida, incluyendo el cáncer, han estado en aumento.
«Cuando uno es joven, la obesidad es una enfermedad que le pone en riesgo de muchos problemas médicos», dijo el Dr. David Bernstein, jefe de hepatología en el Centro de Enfermedades del Hígado de Northwell Health en Manhasset, Nueva York.
«Sabemos sobre la diabetes, sabemos sobre la artritis, y ahora sabemos sobre el cáncer de colon», dijo Bernstein, que no participó en la investigación.
«Hay un vínculo bien documentado entre la obesidad y el cáncer de colon en los adultos», señaló Bernstein. «Tiene sentido que si se es obeso en la juventud, se tendrán más problemas cuando se es mayor».
Bernstein dijo que los cánceres tardan años en desarrollarse, de forma que no es sorprendente que los efectos de la obesidad en la adolescencia se observen en la adultez.
El nuevo estudio fue liderado por el Dr. Zohar Levi, del Centro Médico Rabin en Petah Tikva, Israel. El equipo de Levi recolectó datos de casi 1.1 hombres israelíes y más de 707,000 mujeres israelíes. Su peso se evaluó entre los 16 y 19 años de edad entre 1967 y 2002. Se les dio seguimiento hasta 2012.
La muestra final incluyó a casi 1.8 millones de participantes, según el estudio. Los resultados del estudio aparecen en la edición en línea del 24 de julio de la revista Cancer.
Durante un seguimiento promedio de 23 años, casi 3,000 participantes desarrollaron cáncer de colon, encontraron los investigadores.
La ADA tiene directrices que mencionan un total de 11 factores de riesgo concretos que determinan si un paciente debería hacer las pruebas de la prediabetes.
Incluyen la inactividad física, un familiar de primer grado con diabetes, hipertensión, y antecedentes de enfermedad cardiaca.
Un total de 140 médicos realizaron la encuesta. Casi un tercio de los encuestados no estaban familiarizados con las directrices sobre la prediabetes de la ADA. Solo el 6 por ciento pudieron identificar los 11 factores de riesgo. En promedio, los médicos pudieron identificar correctamente solo 8 de las señales de advertencia.
Los médicos también tuvieron que identificar el rango de resultados saludables en las pruebas de la glucosa usados para el diagnóstico de la prediabetes, además de las recomendaciones sobre la pérdida de peso y la actividad física para las personas con dicha afección.
Solo el 17 por ciento identificaron los valores correctos de la glucosa en ayunas y de otra medida clave de la glucosa, conocida como HbA1c, que se usan para diagnosticar la prediabetes, indicaron los autores del estudio.
Solo el 11 por ciento de los médicos dijeron que remitirían a un paciente a un programa conductual de pérdida de peso, aunque eso es lo que recomienda la ADA.
Pero el 96 por ciento eligió ofrecer consejería sobre la dieta y la actividad física.