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Juan Marichal: Mi país es un país rico y yo creo que la riqueza se debe distribuir de otra forma

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Amable y conversador, así es Juan Marichal, el primer pelotero dominicano en ser exaltado al Salón de la Fama del baseball en 1983. Dos han sido mis encuentros con él, en Miami: uno en su residencia de Doral, donde me recibió gracias a la gestión de Mario de Jesús y otro en el City Hall de Miami, el día que le fue otorgada la llave de la ciudad.

En ambas ocasiones Don Juan conversó conmigo sobre sus recuerdos de las grandes ligas y sobre el amor que siente por la República Dominicana, pláticas que hoy comparto con los lectores de esta columna.

 ¿Ha pensado en cómo habría sido su vida si no se  hubiera dedicado al baseball?

Yo habría sido un agricultor de Laguna Verde, Montecristi. Yo nací y me crié allí, un lugar donde se cultiva arroz, plátano, guineo y frutos menores.

 ¿Cómo se incorpora al mundo del baseball?

Yo soñaba desde niño con ser pelotero, al extremo de que tuve muchas diferencias con mi madre porque ella me reclamaba por los estudios. Para ella eso era primordial y yo le decía: “Mamá, yo voy a ser pelotero”. En esa época yo no sabía nada sobre el  dinero que se ganaba en grandes ligas, de hecho, no sabía que existían las Grandes Ligas; yo quería ser pelotero para representar a mi país en el equipo de Santiago, que lamentablemente falleció en la tragedia de Río Verde, el 11 de enero de 1948. Pero crecí y Dios me abrió  el camino para que viera ese sueño echo realidad.

• ¿Recuerda qué sintió la primera vez que pisó un play de grandes ligas?

Por supuesto. Cuando yo entré al play de Los Gigantes de San Francisco me recibieron Felipe Alou y Orlando Cepeda. Yo notaba en el rostro de ellos la alegría que sentían al presentar a otro dominicano al equipo . Llegué allí un 10 de Julio y jugué por primera  vez un 19 de Julio. Fue un juego de un hit, una hazaña que muchos jugadores quieren lograr,  y yo lo logré en mi primer juego de grandes ligas.

• Se habla mucho de sus éxitos en Grandes Ligas, pero me gustaría saber sobre los momentos difíciles que atravesó en su Carrera como beisbolista.

Yo pasé muchos momentos difíciles antes de llegar a Grandes Ligas, por ejemplo cuando llegué por primera vez a Estados Unidos, a un pueblecito pequeño de aquí de la Florida donde quedaba el campo de entrenamiento de ligas menores de los Gigantes. Yo no conocía lo que era la diferencia racial, hasta que vi a los blancos por allá, los latinos por acá y yo me preguntaba: ¿Y este es el país más grande del mundo con esta diferencia entre los seres humanos? Déjame decirte algo: la única razón por la cuál yo no me devolví a mi país fue por la promesa que le había hecho a mi madre cuando le dije que yo iba a ser pelotero.

 ¿Cuál es el recuerdo más hermoso que tiene de su madre?

Para mí fue una heroína, pues mi padre falleció a los 43 años, cuando yo apenas tenía 3 años. Quedamos 4 hermanos y ella a base de sacrificio nos crió con una disciplina increíble. Para mí una señora como Natividad Sánchez Viuda Marichal no se encuentra todos los días. Ella siendo una señora del campo con poca educación, siempre nos aconsejaba que teníamos que educarnos y prepararnos para el futuro. Aunque no la complací con lo de los estudios yo se que ella me perdona porque logré hacer realidad la promesa que le hice de ser pelotero. Ella vio parte de eso, lo que nunca pude hacer fue traerla a los Estados Unidos, porque ella decía que no se montaba en un avión. Mi madre para mí fue lo máximo.

• Imagino que fue muy difícil para su familia adaptarse a todos los viajes que tenía que hacer cuando jugaba.

Fue muy difícil por el idioma, sobre todo. Cuando me casé con mi esposa ella no había cumplido los 17 años. Para ella fue muy duro porque yo pasaba la mitad del tiempo fuera de casa. Recién casados ella me pedía que me retirara. Pero nos fuimos acostumbrando y ella se fue adaptando. Y comenzaron a llegar niñas y niñas y niñas… Así, cuando nació la última el doctor Caputo me dijo: “Doña Alma tuvo un parto muy bueno, yo los voy a ayudar con un tratamiento para que tengan el varón”. Recuerdo que le dije que esa decisión era de mi esposa porque ya habíamos quedado en que esta sería la última bebe. Y así a los 11 meses nació nuestro hijo.

La educación de mis hijos comenzó en San Francisco California, en una escuela católica donde tenían a sus amiguitos,  por eso cuando me retiré fue muy difícil para ellos ir a vivir a Santo Domingo. En principio no aceptaban la mudanza. Pero si le preguntas ahora a dónde quieren vivir, te dicen que en República Dominicana. Solo una de mis hijas vive aquí en Miami.

• ¿Qué dejó en usted el  Baseball?

Las Grandes Ligas es una institución para la que se necesita tener mucha disciplina y mucho respeto. Cuando le hablo a los jóvenes trato de explicarles sobre esa disciplina, ese respeto y esa costumbre, porque uno representa a su país y a su gente. Creo que lo mas lindo de un ser humano es cuando hablan bien de ti por tu educación, aunque no sea académica.

• ¿Qué necesitan los jóvenes que aspiran a llegar a grandes ligas en estos tiempos?

Educación hogareña, cariño, amor, respeto del padre hacia el hijo y del hijo hacia el padre. Muchas de las cosas que uno ve en estos días es porque esos jóvenes no reciben el amor paterno, por eso se comportan de forma inadecuada. Los jóvenes que aspiran a ser peloteros, en este tiempo, tienen una oportunidad envidiable, pues a los 16 años se pueden convertir en millonarios en dólares, el problema viene después de recibir todo ese dinero. Se convierten en millonarios y famosos, eso es una combinación muy difícil para esos jóvenes que a veces vienen de estratos muy humildes. Los padres no deben pensar deben pensar en el joven, pues a veces el dinero daña. Muchas veces esos jugadores que se ven envueltos en problemas con sustancias prohibidas, por ejemplo, es por el afán de dinero y la fama.

 ¿Cómo se sintió cuando vio a Pedro Martínez en el salón de la fama?

Yo quiero a Pedro como a un hijo, el me dice “Mi Viejo”. Creo que no debe existir un dominicano que no se sienta orgulloso de lo que hizo Pedro. Yo siempre celebro por todos los  dominicanos que triunfan.

• ¿Cómo fueron los primeros días de su retiro, luego de una vida profesional tan intensa?

En este punto de la conversación, Don Juan deja ver su emoción cuando nos habla de la última vez que subió al montículo y de la conversación que sostuvo con el dueño del equipo, quién no quería que él se retirara, y nos dice: Lo que hablábamos sobre la unidad familiar y matrimonial fue fundamental. Mi esposa y mi hijas me ayudaron a tomar esa decisión, porque ellas querían tenerme cerca, ya no me querían ver viajando. Retirarme no fue un gran sacrificio para mí, yo estaba preparado para ese día.

• ¿Qué desea que cambie en el país?

Mi país es un país rico y yo creo que la riqueza se debe distribuir de otra forma. No solamente entre un pequeño grupo, sino también entre los que no tienen nada, para que tengan algo por qué vivir. Se ven muchos casos de delincuencia que son consecuencia de la pobreza, de la falta de educación y, en algunos casos, que son llevados a cabo por la policía, que no puede sostenerse y sostener a su familia con el sueldo mínimo. Esas cosas deben cambiar para que nuestro país sea mejor. Yo no pierdo la fe.

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