El acné afecta aproximadamente a un 83% de las mujeres entre 16 y 18 años. A partir de los 25 años, edad en la cual ya se considera un acné en la mujer adulta, se observa una persistencia entre un 10 y un 12% de la población.
En la adolescencia, por ejemplo, es más frecuente esta anomalía en los varones, mientras que en la edad adulta prevalece más en las mujeres y suele curarse hacia los 45 años.
Las razones más frecuentes de la aparición del acné después de los 30 años son:
Desajustes hormonales: Los desajustes hormonales también pueden causar acné en las mujeres adultas. Estos desarreglos aumentan la producción de hormonas masculinas y alteraran la producción de sebo en la capa interna de la piel, lo cual produce lesiones cutáneas como el acné.
Estrés: Un ritmo de vida acelerado activa las glándulas suprarrenales, encargadas de producir el acné.
Uso de anticonceptivos: La ingesta de anticonceptivos lesiona la piel con acné, sobre todo días antes de la llegada del periodo menstrual. El brote se ubica generalmente en la frente, la nariz y los pómulos.
Embarazo: El embarazo es una etapa en la cual la piel se ve seriamente afectada por todos los cambios de orden hormonal que este trae consigo. Además de manchas en la piel y estrías, es muy común que a las mujeres embarazadas les aparezcan brotes de acné en la cara, pecho y espalda.
Tabaquismo: Se cree que las sustancias tóxicas que trae el cigarrillo potencian el daño en la piel con la aparición de espinillas.
Sobre exposición al sol: No usar protector solar en las mañanas ni tomar las medidas adecuadas para proteger la piel del sol, hace que esta sufra de acné a edades tardías.
Consejos que ayudan
– Si notas que los brotes de acné empeoran con el tiempo, lo recomendable es seguir los siguientes consejos:
– Consulta a un dermatólogo y nunca te automediques.
– Lávate y desmaquíllate la cara todas las noches: utiliza jabones y cremas adecuadas para tu tipo de piel.
– Elige maquillaje de calidad, preferiblemente recomendados por tu médico.
– Protégete del sol.
– Lleva hábitos saludables: El estrés, el tabaco y otros malos hábitos de vida, maltratan no solo tu piel sino tu cuerpo y mente.