Dormir menos de seis horas por noche podría duplicar las probabilidades de morir de enfermedad cardiaca o accidente cerebrovascular (ACV) de las personas que ya tienen factores de riesgo de enfermedad cardiaca y diabetes, sugiere una nueva investigación.
Este conjunto de factores de riesgo, conocido como síndrome metabólico, puede incluir a la hipertensión, los niveles altos de colesterol LDL (el «malo»), el azúcar alto en la sangre, la obesidad, niveles altos de unas grasas sanguíneas conocidas como triglicéridos, y niveles bajos de colesterol HDL (el «bueno»). Una persona con al menos tres de esas afecciones tiene síndrome metabólico.
«Es posible que el hecho de que las personas con síndrome metabólico duerman más pueda conducir a un mejor pronóstico, lo que significa que no empeore hasta una enfermedad cardiovascular o ACV que podría en última instancia llevar a una muerte temprana», señaló el investigador líder del estudio, Julio Fernández Mendoza, psicólogo del sueño en el centro de Investigación y Tratamiento del Sueño del Centro Médico Milton S. Hershey de la Universidad Estatal de Pensilvania.
Fernández Mendoza advirtió que el estudio no probó que las personas con síndrome metabólica que duermen demasiado poco morirán de enfermedad cardiaca o ACV, sino solo que podría existir una asociación.
Añadió que muchos factores podrían explicar esa asociación.
«Desde el punto de vista conductual y del estilo de vida, quizá las personas con síndrome metabólico que duermen poco también son más sedentarias y tienen una peor dieta, dos factores que no pudimos incluir en nuestro estudio», dijo Fernández Mendoza.
Desde un punto de vista biológico, los investigadores encontraron que dormir poco podría aumentar el riesgo de muerte prematura, sobre todo entre los que tienen hipertensión y niveles altos de azúcar en la sangre, señaló.
«Es posible que las personas con síndrome metabólico que duermen poco tengan problemas más graves relacionados con su sistema nervioso anatómico y metabolismo. Necesitamos estudios futuros que examinen esas hipótesis combinadas, y en grupos distintos de personas con síndrome metabólico», sugirió Fernández Mendoza.
De cualquier forma, «el sueño debe ser evaluado y tomado en cuenta al calcular el riesgo cardiovascular y de muerte, sobre todo en los que ya han desarrollado esos factores de riesgo», dijo.
Hay métodos conductuales y farmacológicos para tratar los trastornos del sueño (que incluyen a la apnea del sueño, al insomnio y al sueño de corta duración) disponibles y efectivos, anotó Fernández Mendoza.
El Dr. Byron Lee, director de los laboratorios y clínicas de electrofisiología en la Universidad de California en San Francisco, dijo que es difícil saber a partir de este estudio si una falta de sueño aumenta el riesgo de muerte prematuro o si es simplemente una señal de mala salud.
