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Siete grandes mentiras sobre Trump

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Los datos que ofreceré paso por paso me llevaron a vaticinar reiteradas veces que el candidato republicano iba a ganar. Por primera vez en dos siglos de vida republicana las grandes agencias de prensa estaban de un lado, con Hillary Clinton. Escondían  informaciones, manipulaban datos para revertir la simpatía por Donald Trump. Los “analistas” mediocres se equivocaron porque repetían como papagayos lo que decían los conspiradores de Trump, esto es,  CBS, NBC, CNN, Bloomberg News, New York Times, Washington Post, Wal Street Journal. Para uno reírse a carcajada, ahora los “analistas” de pacotillas “analizan”: ¿Por qué ganó Trump?
 
Uno: La primera mentira la repetían hasta el cansancio desde que anunció que iba a participar en las elecciones primarias: Dizque es bruto, loco. El presidente Barack Obama alimentaba esa fábula, diciendo que no estaba en capacidad para dirigir EE. UU. Siempre dije que podía ser grosero, jamás incompetente. Lo que decía o hacía, los gestos (movimientos de manos, como se paraba) era bien pensado y ensayado. Nunca  improvisó. Sabía a quién les hablaba. Su campaña fue tan inteligente, que cuando se anunció que los republicanos ganaron mayoría en el Senado y Cámara de Representantes, un líder como Paul Ryan  dijo: “Hay que felicitar a Trump porque vio y escuchó lo que nadie del Partido había escuchado”.
 
Dos: La mentira mejor pensada de la prensa-manipuladora para salir del paso fue hablar “del sorpresivo triunfo”,  “las encuestas se equivocaron”. Ninguna de las dos. Los ejecutivos de medios sabían quien estaba ganando, tenían las encuestas verdaderas, pero publicaban datos falseados. Trump denunció esas manipulaciones muchas veces; e informaba sobre las verdaderas encuestas. Lo que advirtió salió así, incluyendo los resultados finales.
 
Tres: De tres debates presidenciales el republicano ganó dos y perdió uno por estrecho margen. La prensa especulaba que la ganadora había sido Hillary hasta por 15 puntos.
 
Cuatro: Se difundió la ficción que Trump era odiado por mujeres, latinos y negros. Ganó en los estados con la mayor incidencia de negros o latinos, como La Florida; recibió el apoyo de las mujeres. No prendió la campaña de que era violador de mujeres. Aunque explique en artículos anteriores que era una bobería decir que con el voto latino se ganaba. Expliqué que era importante, mas no suficiente. Son una minoría. Los estrategas republicanos  enfocaron su campaña en 50 millones de pobres, los desempleados, a quienes se les decía que los responsables de su desgracia eran mejicanos por que las empresas de zona franca o automovilistas se fueron allá.
 
Cinco: Aunque duela, Trump decía grandes verdades sobre los inmigrantes, el que huye de un país en extrema pobreza, como México, no es científico o empresario. Son obreros, gente sin educación y llevan sus malas costumbres. Llevan consigo enfermedades, en sus naciones no reciben adecuados servicios de salud; o son delincuentes, prostitutas, narcotraficantes, violadores.
 
Seis: Fue un error creer que es una sociedad progresista en tema como el aborto, los homosexuales. EE. UU., sigue siendo machista-ultraconservador que discrimina a mujeres y negros. Vean las imágenes de protestas por la brutalidad de como la policía apalea, mata los negros. Trump se mostraba como el macho imponente, con testosterona.
 
Hacía gala que si era famoso podía “agarrar el coñito” a las mujeres. Influyentes religiosos profetizaban: “Nos está dirigiendo un negro y ahora viene una mujer”.
 
Siete: Fue un disparate pensar que las promesas de campaña se cumplen. Prometió  encarcelar a Hillary, construir un muro y obligar a que México lo pague; en los primeros 100 días habría “un cierre total” a la entrada de musulmanes; expulsar los ilegales, que se calculan en 11 millones. Con  “el muro”, Trump acostumbraba a preguntar a la audiencia: “¿Y quién lo va a pagar?”. “¡México!”, coreaban.
 
Mis compatriotas dominicanos, latinos en general, ignoran que los gobernantes norteamericanos están limitados por el Congreso; y viceversa. Hay equilibrio entre los poderes. Si quisiera cumplir sus caprichosas promesas, sería frenado por el Congreso. En definitiva, fueron retóricas de campaña. Logró su meta, Trump alcanzó la presidencia de la primera potencia del mundo. ¿Será buen o mal gobernante?

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