Como colofón del giro en la política hacia Cuba, Estados Unidos se abstuvo de votar el miércoles sobre una resolución contra el embargo presentada por el gobierno de la isla en Naciones Unidas.
Hoy Estados Unidos se abstendrá, informó la Samantha Power, embajadora de EEUU ante la ONU esta mañana. Después de más de 50 años de seguir el camino del aislamiento, hemos elegido tomar el camino del acercamiento, explicó.
La embajadora aclaró en su discurso ante la Asamblea General que el voto no significa que EEUU está de acuerdo con todas las políticas y prácticas del gobierno cubano y realizó fuertes críticas a las violaciones de los derechos humanos en Cuba y a los estados miembros que han hecho silencio ante esta situación.
Estados Unidos e Israel se abstuvieron en una votación en la que ningún país estuvo en contra y 191 votaron a favor.
No hay razón en votar para defender una política fallida a la que nos oponemos, explicó el asesor presidencial Ben Rhodes en su cuenta de Twitter.
El canciller cubano Bruno Rodríguez, sin embargo, aunque calificó la decisión de promisoria, no dio señales de que el gobierno de ese país tiene intenciones de aflojar su retórica.
Aunque Power aseguró que su gobierno reconocía que el futuro de la isla descansa en las manos del pueblo cubano, el diplomático acusó a Estados Unidos de querer subvertir el orden interno del país, en un discurso ante la Asamblea General centrado en la defensa de la soberanía nacional.
Según Rodríguez, la directiva presidencial emitida recientemente por el presidente Barack Obama, no oculta en su lenguaje el engañoso propósito de subvertir el orden constitucional…No esconde la intención de continuar desarrollando programas injerencistas.
Debieran entender que ya somos libres precisamente porque en 1959 nos liberamos del imperialismo yanqui, continuó. Sería provechoso reconocer que cambiar a Cuba es solo asunto soberano de los cubanos.
Citando al gobernante Raúl Castro, Rodríguez aseguró que Cuba no va a renunciar ni a uno solo de nuestros principios… No volveremos al capitalismo.
El diplomático presentó al bloqueo, término que se utiliza en Cuba para referirse al embargo, como el principal obstáculo para la normalización de las relaciones entre ambos países y el desarrollo económico del país, con pérdidas que el gobierno de la isla estima en $125,000 millones hasta la fecha. Rodríguez calificó al embargo como genocidio.
Los resultados de la votación final fueron celebrados por la cancillería cubana como una victoria absoluta de Cuba. Con antelación, el país organizó una campaña nacional para demostrar que la Administración de Obama hacia dejado el embargo intacto. Un extenso reportaje en la televisión cubana justo después de la votación se refería a la guerra no convencional y las pretensiones imperiales del gobierno estadounidense en relación a Cuba.
Organizaciones dentro de Estados Unidos que promueven la eliminación del embargo alabaron la abstención. Sarah Stephens, directora del Centro para la Democracia en las Américas declaró que la abstención enviaba una señal poderosa a Cuba, a la comunidad mundial y al Congreso de Estados Unidos. El embargo contra Cuba es indefendible y debe ser levantado.
Pero los críticos a la política de acercamiento a Cuba promovida por la actual Administración, hicieron notar que la abstención ponía a EEUU en una posición singular, pues al embargo aún lo sostienen las leyes del país.
Que un presidente de Estados Unidos no vote en contra de una condena en la ONU a una ley del Congreso de Estados Unidos, es vergonzoso e ignominioso, comentó el ex congresista cubanoamericano Lincoln Díaz-Balart, quien ayudó a elaborar algunas de las leyes del embargo.
El senador Marco Rubio también calificó de vergonzoso que la Administración de Obama se niegue a cumplir la ley existente de EEUU y deseche la voluntad del pueblo estadounidense, tal y como se expresa a través de sus representantes elegidos por el Congreso, en un foro internacional que a menudo da voz y legitimidad a los adversarios del país. En el comunicado, el senador también sugirió que EEUU había presionado a Israel para cambiar su voto.
El año pasado el gobierno de EEUU consideró abstenerse pero renunció a ello porque la resolución presentada por Cuba era muy similar a la de años anteriores y no reflejaba la política de acercamiento promovida por Obama, según declaró en esa ocasión el representante de EEUU ante la Asamblea General.
