La Iglesia Católica dominicana planteó que sería conveniente que no pertenezcan a partidos políticos los futuros miembros de la Junta Central Electoral (JCE), dicen en el editorial titulado la Junta que deseamos, del semanario Camino, que circulará este domingo en parroquias y tiendas de ventas de impresos del país.
Exhorta que llegó la hora de conformar una Junta Electoral compuesta por dominicanos admirados y respetados por toda la sociedad.
Considera que pertenecer a un partido hace que las decisiones de los principales integrantes de la JCE, aunque justas, sean cuestionadas, porque como dice nuestro pueblo, las manos que dan, esperan.
Expresa que hasta ahora los requisitos exigidos para aspirar a la importante instancia electoral, son ser dominicano de nacionalidad u origen, tener más de 35 años de edad y ser profesional de carrera, preferiblemente en derecho.
Afirma que si no se agrega el elemento de que sean miembros de partidos políticos, daría la libertad necesaria para actuar sin tener que rendir cuentas a sus padrinos o deberle favores que luego se cobran.
Alerta que el hecho de que los partidos tengan representantes en un organismo tan delicado para la transparencia de los procesos electorales, ha hecho mucho daño a este pueblo, y lo hemos visto a través de la historia.
Recuerda que, tenemos que reconocer que una de las debilidades más notorias que tiene la democracia de los países latinoamericanos, es la fragilidad institucional, y el nuestro adolece de ella.
Indica que esa condición ha sido la base para sustentar arbitrariedades, prepotencia, favoritismo, y el secuestro de la libertad de nuestros pueblos.
Advierte que la incidencia política en la JCE propicia que, brote la perpetuidad de un sector político determinado, como lo atestigua la historia dominicana.
La Iglesia Católica criolla es de criterio de que debe quedar desterrado el pasado amargo de procesos electorales traumáticos y cuestionados, muchas veces porque los árbitros de las elecciones tienen un color definido, perdiendo de esta forma la credibilidad y confianza de la población.
