Cómo cocinar con menos sal sin perder el sabor

El médico te ha recomendado comer menos sal o tú mismo te lo has propuesto como objetivo para mejorar tu salud. No obstante, ¿es posible lograrlo sin que sea un sufrimiento y todas las comidas se conviertan en platos insípidos?
 
En este artículo te enseñamos la manera de reducir la sal de tu dieta sin restar sabor a los platos, para que sigas disfrutando de una alimentación placentera a la vez que saludable.
 
¿Por qué conviene cocinar con menos sal?
 
Hoy en día comemos mucha más sal de la que deberíamos. Uno de los motivos es que abusamos de la comida precocinada, la cual contiene mucha más sal de la que usaríamos al cocinar ese plato nosotros mismos.
 
Un consumo excesivo de sal está relacionado con numerosos problemas de salud a largo plazo, como trastornos renales, cardiovasculares, descalcificación o sobrepeso, entre muchos otros.
 
A corto plazo también nos puede ocasionar muchas molestias como retención de líquidos, piel seca, acidez gástrica, cansancio, etc.
 
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Menos sal y de buena calidad
 
No es necesario eliminar la sal por completo, ya que es un alimento que, si es de buena calidad y se consume de forma moderada, nos ayuda a equilibrar el organismo.
 
No obstante, no debemos olvidar que, si compramos alimentos procesados, estos ya contienen cantidades importantes de sal.
 
A la hora de elegir la sal, es fundamental optar por sales que no hayan sido refinadas (con el fin de que mantengan todos sus minerales).
 
La sal común o sal de mesa es un producto procesado que solamente contiene cloruro de sodio. En cambio, hay otras, como la sal marina o la del Himalaya, que son mucho más saludables.
 
¿Conoces el agua de mar?
Otra alternativa saludable que se está poniendo cada vez más de moda en el sector gastronómico es el agua de mar, la cual se comercializa filtrada para su consumo.
 
Este alimento contiene minerales y oligoelementos en las cantidades que nuestro organismo necesita.
 
Podemos usar el agua de mar para cocinar sopas, cremas, gazpachos, salsas, etc.
 
Descubre las especias
Si empiezas a comer con menos sal debes introducirte en el fascinante mundo de las especias ya que, además de ayudarte a potenciar el sabor de los platos y a darles un toque diferente a las recetas de siempre, también te permitirán sumar propiedades medicinales.
 
Te hacemos algunas sugerencias para empezar:
 
Jengibre: Esta raíz aporta jugosidad y mejora la digestión de todo tipo de carnes y pescados, además de dar un sabor excelente a cualquier postre.
 
Canela: Aunque se usa sobre todo en postres, también es deliciosa como salsa para carnes.
 
Tomillo: Una hierba imprescindible en cualquier guiso de carne.
 
Eneldo: La mejor opción para marinar y condimentar pescados.
 
Cayena: La pimienta de Cayena proporciona un toque picante que podemos añadir con moderación a cualquier receta y así potenciar su sabor.
 
Orégano: Fundamental para todo tipo de panes, pizzas y pastas.
 
Albahaca: Igual que el orégano, es un imprescindible en la cocina italiana y para elaborar salsa pesto.
 
Curry: La cocina india nos trae esta mezcla de especias que combina muy bien con arroces y recetas con pollo.
 
Comino: Un toque de esta especia mejora la digestión de todo tipo de legumbres.
 
Pimentón ahumado: Una delicia para potenciar el sabor de la carne.
 
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Cocinar al vapor o al wok
Otra manera de preparar las recetas consiste en mantener el sabor original de los alimentos eligiendo bien la técnica de cocción. Cuando cocemos los ingredientes, el sabor se pierde de manera gradual y se queda en el agua.
 
Por este motivo, recomendamos optar por otros métodos, como al vapor o al wok.
 
Con estas dos técnicas, los alimentos mantienen su sabor, color y textura y, además, siguen siendo saludables.
 
El secreto de un buen aliño
Además de las especias, algunos alimentos nos permiten poner menos sal a nuestros platos y aliñarlos de manera sana y sabrosa:
 
Aceites vegetales de primera presión en frío. Recomendamos, en especial, el de oliva y el de sésamo tostado.
Jugo de limón, que además ayuda a mejorar la asimilación del hierro.
Vinagre de manzana o de Módena, en cantidades moderadas.
Ajo, crudo o en polvo.
Salsa fermentada de soja. Excelente en nuestros platos al wok.
Mayonesa. Podemos hacerla con menos sal y añadiendo alguna especia.
Mostaza.
Vino blanco (para cocinar).

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