La Asociación de Empresas Industriales de Herrera y Provincia Santo Domingo (AEIH), advirtió que el país requiere urgentemente un impulso reformador que ayude a fortalecer la democracia, las instituciones y a dar sostenibilidad a una economía que crece con grandes inequidades y distorsiones.
El presidente de la organización empresarial, Antonio Taveras Guzmán, sostuvo que a partir de su segundo gobierno el presidente Danilo Medina está compelido a liderar esos cambios bajo un esquema de amplio consenso con las fuerzas sociales, políticas y económicas de la República Dominicana, porque “hoy más que nunca está latente el riesgo de un salto al vacío.”
Al justificar el planteamiento, el dirigente empresarial explicó que no se trata de una postura alarmista, sino de un llamado a entender que ya el país no puede esperar más por la reforma de los partidos políticos, una segunda ola reformadora del poder judicial, la transformación de la Policía y la aplicación rigurosa del bloque de leyes anti-corrupción.
El líder empresarial pidió actuar con celeridad frente a estos desafíos antes que la República Dominicana se convierta en inhabitable por la inseguridad, la falta de administración de justicia confiable y la corrupción que empobrece, ahuyenta la inversión generadora de riquezas y de empleos estables.
“Es necesario que los dominicanos recuperen la fe en el país, crean en la democracia, confíen en las instituciones y sientan que la esencia del ejercicio político es servir y no convertirse en un conjunto de prácticas perversas violadoras de las leyes para asaltar el Erario”, expresó el presidente de la AEIH.
Taveras Guzmán demandó asimismo no soslayar la necesidad de una reforma fiscal integral, en conjunto con una ley de responsabilidad fiscal con consecuencias drásticas para quienes, desde la política, desequilibren las finanzas públicas, creando déficits que generan atrasos en el país e impiden pagar la deuda social acumulada.
El titular de la AEIH indicó que el país no resiste más evasión fiscal, ni aguanta un sistema tributario tan inequitativo, como tampoco soporta un sistema de salud descalabrado, un servicio de transporte que insulta la dignidad de los ciudadanos y una electricidad que “es la madre de todas las vergüenzas.”
