Trascender en el tiempo, hacer historia, convertirse en leyenda… es a lo que aspiran todos los bartenders con sus creaciones. Pero solo unos pocos llegan a ser verdaderos clásicos, esos que no por azar ni por engrosar textos aparecen en prestigiosos recetarios internacionales. En el arsenal de la coctelería cubana, tantas veces conocido y reconocido, ocupan los primeros peldaños diez clásicos indiscutibles que supieron quedarse en la preferencia y el gusto internacional. Los más famosos y representativos, en este orden, son los siguientes:
1. Mojito 2. Cuba Libre 3. Daiquirí frappé 4. Presidente 5. Ron Collins 6. Mary Pickford 7. Havana Special 8. Isla de Pinos 9. Mulata 10. Saoco
REVERENCIA AL TIEMPO
Por los años 60 del siglo XIX ya los cubanos consumían ginebra, cognac y vermut achampañado, mezclados con agua de seltz y azúcar. La ginebra compuesta es de esa misma época o anterior (con azúcar, hielo, gotas de angostura y limón). También fue muy conocida la mezcla llamada “tren” (liga de agua de cebada con ginebra). Asimismo se bebía vino a granel, que llegaba a la Isla en barricas. Lo cierto es que los conocimientos sobre coctelería todavía eran muy limitados en los cantineros de esos años. El esplendor llegó en la década del 20 al 30 del Siglo XX, a raíz de la Ley Seca de los Estados Unidos, que trajo consigo la avalancha de norteamericanos, principalmente hacia La Habana. Sobrevino así el desarrollo de bares y centros nocturnos con recetas desconocidas, que fueron propagándose entre cantineros y clientes hasta hacerse famosas. De los diez clásicos cubanos, el más conocido y solicitado es el Mojito, con el agrego de notas de Angostura. Por ironía de la vida se desconoce el autor original. Se cree que vio la luz en las playas de Marianao, en el Club La Concha. Al parecer tuvo sus antecedentes en una mezcla anterior, del siglo XIX, llamada Drague, compuesta por aguardiente de caña, azúcar, limón y hierba buena. Fue muy recomendada en la medicina preventiva de entonces para aliviar los dolores causados por el cólera en La Habana. Como sea que fuese su nacimiento, lo cierto es que el aperitivo y refrescante sabor supo ganarle al Mojito el sello de “clásico”, para orgullo y disfrute de paladares cubanos y universales.
