El Gobierno de Colombia y el grupo guerrillero Ejército de Liberación Nacional (ELN), anunciaron en Caracas la instalación de una mesa de conversaciones, que se suma al proceso de paz con las FARC y con la que se buscará un acuerdo para poner fin al conflicto armado en el país.
De acuerdo con el anuncio, las sesiones de la mesa de negociaciones entre el Gobierno colombiano y la segunda guerrilla del país se desarrollarán en Ecuador, Venezuela, Chile, Brasil y Cuba, países que actuarán como garantes, junto a Noruega.
En la sede de la Cancillería venezolana, el representante del Gobierno Frank Pearl y el líder de los negociadores del ELN, “Antonio García”, alias de Eliécer Erlinto Chamorro, leyeron el “Acuerdo de diálogos para la paz de Colombia entre el Gobierno nacional y el ELN”, que contiene claras especificaciones para su aplicación.
“Fin del conflicto armado- el objetivo de este punto es ponerle fin al conflicto armado para erradicar la violencia en la política y propiciar el tránsito del ELN a la política legal”, dice parte del acuerdo leído por Pearl.
En este punto se establece la “definición de la futura situación jurídica del ELN y sus integrantes”, “condiciones y garantías de seguridad” para esta guerrilla y “condiciones y garantías” para que este grupo pueda ejercer la política.
También figura, en este apartado, “tratar la privación de la libertad de los miembros del ELN procesados o condenados” y el esclarecimiento “del fenómeno del paramilitarismo para que no se repita”.
Las víctimas también tienen una mención especial en el acuerdo pues se indica que “en la construcción de una paz estable y duradera es esencial el reconocimiento a las víctimas y a sus derechos”, así como la resolución a su situación con base en la verdad, la justicia, la reparación, “los compromisos de no repetición y el no olvido”.
Los diálogos exploratorios para llegar a este acuerdo se llevaron a cabo entre enero de 2014 y marzo de este año. “Es esencial la continuidad del acompañamiento de la comunidad internacional reconociendo que la paz es un bien supremo de toda democracia y con el objetivo de ponerle fin al conflicto armado, erradicar la violencia de la política ubicando en el centro el tratamiento de la situación de las víctimas”, dice el acuerdo.
Así, bajo estas premisas, se buscará avanzar hacia la reconciliación nacional, un trabajo en el que también está incluida “la activa participación de la sociedad”. En el documento firmado hoy se habla, además, de la creación de una “democracia para la paz”, un punto en el que promueve la realización de un debate y la participación de la sociedad “en la construcción de ciudadanía”.
