Yo no lleno vacíos ni alivio soledades: yo amo

Ninguno de nosotros tenemos la obligación de aliviar las soledades de otras personas. Quien busca solo “aliviar” o sanar los vacíos y problemas de los demás acaba descuidando su propio crecimiento y autoestima.
 
Algo que siempre nos gusta escuchar en nuestras relaciones afectivas es aquello de “te necesito”, “es que sin ti estaría muy solo o muy sola”. Ahora bien, este tipo de frases, en lugar de emocionarnos, deben hacernos pensar porque en realidad pueden esconder otros aspectos.
 
Las personas debemos ofrecernos a nuestras parejas sin miedo a la soledad y sin vacíos que otros deban “llenar”. Los seres humanos no somos recipientes, sino organismos, entidades complejas en cuanto a emociones y necesidades, que solo buscan poder crecer y ser felices, ya sea solos o en pareja.
 
Te invitamos a reflexionar sobre ello.
 
Tu obligación no es cubrir las soledades que otros dejaron
Cuando una persona siente la necesidad de encontrar pareja para no sentirse solo estará cometiendo en realidad un acto de auténtico egoísmo. Lo creamos o no, este tipo de comportamientos son bastante comunes. Lo analizamos.
 
Cuando la soledad es reflejo de inmadurez personal y emocional
Es importante diferenciar varios tipos de soledades. Pensemos, por ejemplo, en nuestros ancianos, personas que han llevado una vida activa, plena y feliz con los suyos hasta que la vejez, y a menudo la falta de autonomía, los lleva a ser ingresados un geriátrico.
 
La soledad es un hecho que afecta a muchas personas mayores cuando sienten la pérdida de sus cónyuges o el vacío de sus hijos.
Ahora bien, por otro lado, tendríamos también a esas personas para quienes la soledad es el reflejo de unas capacidades no desarrolladas, de una inmadurez en cuanto a equilibrio personal, autoestima y seguridad.
 
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Nadie debe tener miedo a sentir su propia soledad, es un espacio que nos invita a descubrirnos, a ser nosotros mismos y a no tener que obligar a otros a que atiendan nuestros pensamientos, a consolarnos o a motivarnos en instantes de decaimiento.
 
Quien teme a la soledad es que no se aprecia a sí mismo, no se conoce o espera que los demás le ofrezcan la aprobación que necesita para sentirse bien.
 
Las personas que necesitan refuerzos externos para encontrar la felicidad pueden volverse tiránicos y dominantes.
 
Son caracteres infantiles en busca de estímulos positivos, de reconocimiento y cariño ajeno pero, a la vez, se alzan como personalidades incapaces de ofrecer un amor recíproco.
 
No quiero que me necesites, quiero que me elijas
Es importante comprender determinados términos en lo que se refiere a las relaciones afectivas y de pareja. En nuestra sociedad actual sigue teniendo mucho peso el “amor romántico”, una imagen traída del clasicismo y de un pasado donde se mantenían visiones como las siguientes:
 
El amor como reflejo de la pasión y la necesidad por pertenecerse el uno al otro.
El amor que se necesita ve los celos como reflejo de ese cariño, de esa necesidad de controlar a la otra persona para que siempre esté a nuestro lado.
Si el amor es pasión solo caben los extremos, el “todo o nada”. No hay espacio para lo tuyo y lo mío porque la pareja es una unidad indisoluble.
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Como ves, todos estos aspectos derivan en el control absoluto por ambas partes o por una sola. Así pues, es vital entender y delimitar ciertos términos.
 
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Necesitar no siempre es sinónimo de una relación saludable. Queda claro que desde el momento en que queremos a alguien “lo necesitamos” en nuestras vidas, pero esa necesidad nunca debe ir de la mano de estas ideas:
 
“Te necesito para ser feliz porque si me dejas mi mundo no tendrá sentido”. Esta frase implica que la otra persona no sabe estar sola y que proyecta en mí todas sus necesidades personales. Me obliga, de algún modo, a cubrir sus vacíos.
Sustituye “te necesito” por “te elijo”, algo tan sencillo como cambiar las palabras implica ya otras realidades mucho más integradoras y saludables.
Elegir a una persona quiere decir que yo, una persona madura, feliz consigo misma y que no teme a la soledad, te elije a ti para hacer vida, para crecer juntos sin someter, sin necesidad de que sanes mis heridas.
pareja que desaparece
 
Las relaciones afectivas son, sin duda muy, complejas. Nos encontramos los unos a los otros con nuestras historias previas, con nuestros fracasos y experiencias particulares.
 
Lo más recomendable es iniciar esos proyectos dejando a un lado el pasado, los miedos o los vacíos que otros pudieron dejarnos. Elige a tu pareja con la ilusión de quien inicia una página en blanco y lo espera todo.
 
Busca el amor cuando tú te sientas preparado, cuando dejes de temer las soledades y te veas como una persona madura y feliz. Solo entonces serás capaz de ofrecer lo mejor de ti mismo.

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