Es el bateador de más pergaminos que viene con el equipo Ciego de Avila, que representa a la mayor de las Antillas en este Clásico del Caribe.
Alfredo Despaigne, sin saberlo, es una de las figuras de la Serie del Caribe.
El solo hecho de ser uno de los pocos peloteros cubanos que milita en el lejano oriente con el Chiba-Lotte y de haber sido el primero de la Selección Nacional en ser pelotero professional con permiso del Estado, con Campeche en 2014, le dan un estatus por encima del resto de sus compañeros.
Estaba emocionado porque compartiría con peloteros como Miguel Cabrera y Robinson Canó. “Era una motivación enfrentarme a esas estrellas del beisbol norteamericano”, dijo refiriéndose al Derby de Jonrones que finalmente no pudo contar con las grandes estrellas anunciadas.
Sobre su expedición a la tierra del sol naciente hay cosas buenas que decir. Este año bateó para .252/.352/.462 más 18 jonrones y 62 remolcadas en 103 juegos. “Fue una muy buena experiencia”, expresó. “Estoy muy contento de estar allá y de haberme permitido estar en este evento”.
A pesar de que ya comenzaron los entrenamientos de pretemporada en la pelota nipona, Despaigne tiene permiso para estar por estas latitudes hasta el 15 de los Corrientes.
“Ya para esa fecha estaría viajando a Japón para alistarme a la próxima temporada”.
Pero él no pierde el deseo de jugar en las Grandes Ligas. “Sí, quiero jugar en las mayores”, afirma sin titubeos.
Crecer en el beisbol professional ha sido duro para él. “Es un camino largo”, comenta. “Mucho sacrificio, mucha entrega, dedicación y entrenamiento, pero eso es lo que uno debe hacer. Jugar beisbol, prepararse y estar listo para jugar en todas las ligas que te toque jugar”.
No es mezquino. Le alegra el éxito de sus compatriotas. “Esto te demuestra la fibra del pelotero cubano y de qué material está hecho”, apotilla.
“Me allegro mucho del éxito que han tenido aquí en Dominicana, en México y en los Estados Unidos. Cuba es una cantera de grandes peloteros y espero que así continue siendo”.
