Los hallazgos genéticos hechos en un estudio reciente apoyan las pruebas observacionales de que niveles de vitamina D más bajos están asociados con un riesgo superior de sufrir esclerosis múltiple.
La esclerosis múltiple es una enfermedad autoinmune debilitante que afecta a los nervios en el cerebro y la médula espinal. No existe cura conocida para ella y se presenta normalmente entre los 20 y los 40 años de edad.
Si bien algunas pruebas observacionales ya sugerían que puede haber una conexión entre unos niveles más bajos de vitamina D y el riesgo de padecer esclerosis múltiple, ha sido difícil inferir una relación causal en los casos analizados porque las personas con la enfermedad podrían compartir alguna otra característica desconocida que incremente su riesgo de contraerla.
Los autores de la investigación analizaron datos de 14,498 personas con esclerosis múltiple y de 24,091 personas sanas que sirvieron de sujetos del grupo de control con quienes comparar a los afectados.
Aunque unos niveles genéticamente reducidos de vitamina D están muy asociados con una susceptibilidad mayor de contraer esclerosis múltiple, está por ver si una cantidad suficiente de vitamina D puede retrasar o prevenir su aparición.
Esta posibilidad merece que se investigue más, y de hecho ya se trabaja en ensayos clínicos sobre suplementos de vitamina D para el tratamiento y prevención de la enfermedad. Los resultados que se obtengan de ellos podrían por tanto proporcionar información muy necesaria sobre el papel de esta vitamina. Tomado de noticiasdelaciencia.com
