La inflación de la zona euro no tuvo cambios en noviembre, frente a previsiones de un ligero aumento, lo que mantiene la presión sobre el Banco Central Europeo (BCE) para que relaje más su política monetaria el jueves.
La oficina de estadísticas de la Unión Europea, Eurostat, indicó el miércoles que los precios al consumo en los 19 países que comparten el euro aumentaron en un 0,1 por ciento anualizado el mes pasado, el mismo ritmo que en octubre y menos que el 0,2 por ciento que esperaban 45 economistas encuestados por Reuters.
La lectura anticipada de Eurostat no incluye un cálculo mensual.
La inflación denominada subyacente por el BCE fue del 0,9 por ciento en noviembre, frente al 1,0 por ciento revisado al alza de octubre.
«La cifra de los precios al consumidor peor a la esperada en noviembre da luz verde para que el BCE aumente su ritmo de compra de activos y recorte la tasa de depósitos en la reunión de mañana (jueves)», dijo el economista de Capital Economics Jonathan Loynes.
El consejo de gobierno del BCE se reúne el jueves y se espera que el banco central refuerce el programa de compras de activos de un billón de euros, entre varias medidas que tiene sobre la mesa.
El banco tiene como objetivo mantener la inflación por debajo pero cerca del 2 por ciento a medio plazo.
El principal factor que limitó la subida de precios fue el costo de la energía, un 7,3 por ciento menos este mes que hace un año. Los alimentos sin procesar, que también están excluidos de la lectura principal, fueron un 2,6 por ciento más caros que en el período anterior.
