El presidente de China, Xi Jinping, se reunirá el sábado en Singapur con su homólogo taiwanés, Ma Ying-jeou, en la primera cita de los líderes de ambos rivales desde que concluyó la guerra civil china en 1949.
Sus gobiernos dijeron que los líderes discutirán los lazos mutuos en la inesperada pero histórica reunión, que llega en un momento delicado para Taiwán, antes de unas elecciones presidenciales y parlamentarias que se celebrarán en enero en medio de un creciente sentimiento anti-China.
Ma, quien dejará el cargo el próximo año, ha hecho que la mejora de los lazos económicos con China sea una política clave desde que asumió en el 2008, y ha firmado acuerdos de negocios y turismo, aunque no han habido avances en la resolución de sus diferencias políticas.
China comunista considera a la isla de Taiwán como una provincia separatista que debe ser reintegrada, por la fuerza si es necesario, sobre todo si avanza hacia una independencia formal.
El Partido Democrático Progresista (DPP), la principal agrupación política de oposición en Taiwán que favorece tradicionalmente la independencia y cuyo candidato es el favorito en la elección presidencial, acusó a Ma de tratar de influir en la votación.
«El presidente Ma elige este momento delicado para las reuniones. ¿Cómo la gente no puede ver esto como una operación política destinada a afectar las elecciones?» dijo el portavoz del DPP, Cheng Yun-Peng, a la prensa en Taipei.
Los expertos políticos dijeron que Pekín también podría estar buscando influir en el resultado al tratar de mostrar que las relaciones seguirán mejorando si Taiwán sigue gobernado por el Partido Nacionalista de Ma, de tendencia pro-China, conocido como el Kuomintang (KMT). Eso podría ser contraproducente si hay una oposición amplia en Taiwán para la reunión.
La oficina de Ma dijo en un comunicado que el propósito de su viaje era «mantener el status quo». Él no firmará ningún acuerdo ni emitirá declaraciones conjuntas con China, agregó.