Boston.- Un entusiasmado manager de los Medias Rojas John Farrell dijo este viernes que sintió «un gran alivio» al saber el día anterior que su cáncer estaba en remisión y que había sido autorizado a retomar sus actividades laborales sin restricciones.
«Esta ha sido una experiencia única, por lo menos», dijo Farrell en una conferencia telefónica de 25 minutos con reporteros. «Ha sido un proceso que me ha ayudado a ser más humilde… vuelvo a ser afortunado de poder decir esto, y realmente emocionado por volver a trabajar y no estar acostado en una cama, lo que tuve que hace por un par de meses».
Farrell, a quien se le diagnosticó un linfoma Burkitt en etapa 1, será sometido a exámenes constantes cada cuatro meses por el próximo año y su condición será monitoreada por algún tiempo. Pero dijo que a pesar de haber sido sometido a un proceso de «seis meses de quimioterapias condensadas en un periodo de ocho semanas», su apetito está «de vuelta», su estámina es un trabajo en progreso, su pelo está creciendo lentamente y que tiene un «alto nivel de confianza» de que al final terminará siendo declarado libre de cáncer.
«Han pasado un poco más de tres semanas desde mi último tratamiento», dijo Farrell, «así que mi energía sigue en ascenso… [El tratamiento] me venció un poco físicamente, pero honestamente, ahora mismo, me siento súper bien».
Farrell dijo que tenía planes de viajar a Arizona este sábado para asistir a cinco días de reuniones organizacionales para delinear la estrategia y la planificación de la franquicia en la temporada baja.
«No hay restricciones», dijo Farrell. «Cuanto más puedas empujarte físicamente y, obviamente, tienes que escuchar a tu cuerpo y tomar las cosas con más calma, escucharlo, pero para volver a tener un 100 por ciento de estamina, es cuestión de tener una rutina de ejercicios para llegar ahí».
Farrell dijo que «literalmente miles» de personas se han comunicado con él, incluyendo el manager de Cleveland Terry Francona, un amigo cercano que estuvo en contacto con él «cada día, cada día». Farrell dijo que ha estado en contacto con Flip Saunders, el coach de los Minnesota Timberwolves en la NBA, y quien también se ausentó de sus labores tras ser diagnosticado con un linfoma, y con Chuck Pagano, coach de los Indianapolis Colts, quien sobrevivió a leucemia. Mencionó además a Sam Presti, gerente del Oklahoma City Thunder, como uno de los que más le ha apoyado.
«He recibido cartas de fanáticos de los Yankees», dijo Farrell, «quienes estaban claros de que no les caían bien los Medias Rojas, pero en sus cartas me deseaban pronta recuperación del tratamiento y que venciera al cáncer para poder verme de nuevo en el terreno. Nunca hubiese esperado recibir una carta de un fanático Yankee sentado en esta oficina en el Fenway. Ciertamente eso te deja ver el lado humano de muchos fanáticos. Ciertamente te da un impulso».
Farrell, quien anunció su enfermedad de cáncer el 14 de agosto – la misma noche en que el coach de la banca Torey Lovullo se hizo cargo del equipo de forma interina – dijo que miró cada partido de los Medias Rojas en su ausencia y que estuvo en el Fenway para todos los partidos locales del equipo.
Trajo a colación el asunto de que si el regreso de Lovullo como coach de la banca podría amenazar en cierta forma su seguridad de empleo, dado lo bien que jugó la novena bajo Lovullo. Los Medias Rojas tenían marca de 50-64 en el momento en que Farrell se fue. Bajo Lovullo, ellos jugaron para 28-20, un porcentaje de victorias de .583 que fue el tercero mejor de la Liga Americana en ese periodo, solo detrás de Texas y Toronto, quienes clasificaron a la postemporada.
«Alguna gente me ha preguntado, ‘¿Va a ser esta situación algo engorrosa?'», dijo Farrell. «Yo diría claramente, ‘No, no lo es’. Él es una persona en quien confío, un tipo talentoso, y en mi mente, y estoy seguro que en la mente de muchos, él va a terminar manejando su propio equipo cuando se presente la oportunidad correcta.
«El trabajo que él hizo, y el trabajo que hicieron todos los componentes del equipo para mantener una atmósfera positiva de trabajo, fue algo grandioso. Pero Torey y yo nos conocemos desde hace mucho, como compañeros de equipo y ciertamente como empleados de un mismo equipo de trabajo, en Toronto y en los últimos cinco años aquí, y él es una persona muy especial».
