Es cierto que la ascendente delincuencia tiene harta a la gran mayoría del pueblo dominicano; sin embargo, esto no es óbice para que la gente aplique la “Ley de Talión” (Ojo por ojo, diente por diente), ya que nadie puede hacer justicia por sus propias manos, pues sería tan criminal como el mismo antisocial.
La Policía Nacional y los tribunales del país son los encargados de mantener el orden público e impartir justicia, así que cuando un delincuente es capturado lo ideal es ponerlo en manos de la justicia y que sea esta que decida la pena que le toca.
Traemos esto a colación por los últimos actos que han acontecido en el país, principalmente en Santo Domingo Norte y en la fronteriza provincia de Dajabón, donde dos personas han sido linchadas.
Este sábado se conoció que moradores del sector Norte de Dajabón lincharon la madrugada de este sábado a un nacional haitiano luego de que este fuera sorprendido junto a otro tres compatriotas suyo supuestamente robando en una vivienda de ese sector.
El nacional haitiano aún sin identificar fue golpeado a palo por la multitud del lugar y posteriormente llevado por agentes policiales que llegaron al lugar, al hospital Matías Ramón Mella de esta ciudad donde falleció minutos más tardes.
Según las autoridades, los supuestos delincuentes habían sido perseguidos por los moradores de ese lugar, pero que solo pudieron atrapar a uno de estos al cual les propinaron los golpes que terminaron con su vida.
Recordamos, además, que a inicios de la semana un adolescente fue golpeado con piedras y patadas; luego quemado vivo por personas que lo sorprendieron supuestamente cuando intentaba robarse un motor en el municipio Santo Domingo.
La víctima Hermes Jiménez, de 17 años, fue llevado a una finca donde lo rociaron con gasolina y de inmediato le prendieron fuego, supuestamente porque trató de robarse un motor.
Los parientes de la víctima dicen que al menos seis personas participaron en el linchamiento y demandan de las autoridades que sean detenidos y sometidos a la justicia. Ya hay varios presos.
Así no se puede…
