De un lado se mencionan los aguaceros provocados por la tormenta tropical Erika como una bendición para la producción agrícola, tan lesionada por la sequía de tantos meses; por otra, se observan con dolor los daños producidos a ocho acueductos, dos puentes, 700 viviendas afectadas, entre otros hechos, y en Montecristi, el 35% de la plantación de banano en la finca del proyecto La Cruz de Manzanillo, destruida por los vientos.
