El secretario general de la OEA, Luis Almagro, se disculpó este martes con el pueblo dominicano por la decisión asumida por ese organismo internacional en el año 1965, cuando apadrinó y apoyó la invasión con 42,000 marines liderada por los Estados Unidos, que abortó la Revolución de Abril, que buscaba la reposición del gobierno constitucional del entonces presidente Juan Bosch.
“Esa es una deuda que tiene la OEA con el pueblo dominicano“, dijo Almagro, lo que motivó un masivo aplauso de los presentes en el acto. Luego mostró su respeto por las victimas caídas en esa guerra, afirmando que la historia condena a la OEA por esos hechos que torcieron la historia y el destino político del país.
“Nosotros queremos hacer una importante declaración en nombre de la Secretaría General de la OEA y es que queremos ser consistentes con los valores y principios fundamentales de la política exterior. Es nuestra obligación actuar en la defensa de los derechos humanos y en el fortalecimiento de la democracia. Es esencial que nuestro trabajo no intervenga en los asuntos internos de los Estados y que nada de lo que hagamos sea interpretado como una injerencia”, dijo el diplomático.
Añadió que en ese contexto, es esencial que la OEA se apegue al principio de autodeterminación de los pueblos y que ese organismo sea consecuente con dichos enunciados, no como ejes abstractos, sino como guía de su acción y voluntad.
Asimismo, sostuvo que por lo tanto, es imprescindible que la OEA cumpla con el postulado fundamental de asumir responsabilidades históricas y en ese sentido, “postular que determinados hechos del pasado no vuelvan nunca más“.
Almagro habló en esos términos al pronunciar un discurso en el acto de apertura de la Segunda Asamblea de la Asociación Mundial de Órganos Electorales, que se desarrolló en las instalaciones del hotel Dominican Fiesta, actividad que fue encabezada por el presidente Danilo Medina, el presidente de la Junta Central Electoral, Roberto Rosario Márquez, y el canciller Andrés Navarro, entre otras personalidades.
