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El momento aconseja prudencia política

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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En estos momentos en que la República Dominicana se encuentra bajo observación de organismos internacionales y países que pretenden aprovechar la situación de enfrentamiento con Haití, para evadir su responsabilidad frente a ese país, lo que más conviene es que tanto el gobierno como la oposición asuman posiciones de cuidados respecto a ciertos temas que se airean en los medios de comunicación nacionales e internacionales.
 
Es hora de pensar en el futuro, respaldando las medidas que se han tomado con el propósito de organizarnos  y no exponernos a ser sancionados por organismos internacionales, por buscar sacarle capital político al tratamiento de temas que lejos de separarnos, nos deben unir para revertir la campaña que se ha montado contra el país, como el tema  migratorio que se ha querido mantener vivo dentro y fuera del territorio nacional.
 
La sentencia 168-13, del Tribunal Constitucional, la ley 169-14 y el Plan Nacional de Regularización, solo nos han dado las herramientas para avanzar en una materia en la que República Dominicana se había quemado frecuentemente, pero que ahora ha decidido superar con excelentes notas como lo ha estado haciendo el gobierno con su  defensa a la soberanía nacional.
 
Por lo tanto, es prudente y aconsejable que en medio de la presente campaña electoral, tanto el tema de la regularización de extranjeros, como el de  los contratos de construcción con la empresa Odebrecht, sean excluidos de la agenda política, porque lejos de beneficiar cualquier proyecto de la oposición, nos perjudicarían en el plano internacional, donde se ha querido magnificar la campaña que los detractores han querido mantener contra el país.
 
De hacer lo contrario, y pretender mantener el enfrentamiento interno con relación a estos temas, los dominicanos estaríamos dando sobradas razones a los verdaderos enemigos de la patria que persiguen desesperadamente, por todos los medios, que la República Dominicana asuma la responsabilidad de mantener en su territorio a los ilegales haitianos, que por muchos años han dependido del presupuesto nacional, reduciendo la calidad de vida de los y las  ciudadanas dominicanas que contribuyen con el pago de sus impuesto al desarrollo nacional.
 
De manera que quienes han querido poner en el debate político los temas de la regularización de extranjeros y de la Odebrecht, con el avieso hecho de sacar beneficios políticos, han fallado en sus estrategias de conseguir el voto mayoritario de los dominicanos para los comicios del 2016, debido a que el sentir de la mayoría de nuestros ciudadanos y ciudadanas se ha centrado en el accionar de defender la soberanía nacional, que actualmente se encuentra amenazada por los enemigos del país.
 
La unidad de los dominicanos respecto al tema migratorio y a cualquier otro que pueda afectar la imagen del país, se ha puesto de manifiesto mediante la respuesta, que en todas partes del mundo,  nuestra gente le ha dado a quienes han querido vendernos como una nación racista y donde se violan los derechos humanos de nuestros vecinos haitianos, rechazando categóricamente esas acciones manipuladoras y dañinas contra la República Dominicana.
 
De hecho, a los partidos políticos y candidatos que aspiran a tener  buen desempeño en las próximas elecciones, les convendría retirar de sus agendas de campaña el cuestionamiento de las políticas que el gobierno lleva a cabo de cara al proceso nacional de regularización de extranjeros, debido a que podrían convertirse en cómplices de los detractores del pueblo dominicano en el plano internacional y recibir la misma repulsa que estos recibieron de nuestros ciudadanos y ciudadanas en todo el mundo por su embestida contra el país.
 
Además, los sectores que equivocadamente han desenfocado el propósito de sus campañas políticas para mantener en primer plano los temas que han sido objeto de cuestionamiento de la Republica Dominicana en el plano internacional, deben recordar que nunca como antes la sociedad dominicana se había unificado en la defensa de su soberanía nacional, frente a quienes le han enrostrado su condición de Estado racista con la manipulación del caso haitiano, y por lo tanto deben tener mucho cuidado con compartir los puntos de vista de estos, porque esa acción podría hacerlos ver como traidores a la patria, al colocarse del lado de los enemigos del país.
 
En definitiva, las campañas políticas deben servir para que los candidatos y los partidos  hagan propuestas al electorado que permitan enfrentar los problemas que afectan a la sociedad, no que perjudiquen a las mayorías, como se ha querido hacer con el tratamiento de los temas haitiano y de la Odebrecht, los cuales lejos de beneficiar al país, podrían hundir mucho más la imagen de Republica Dominicana en el plano internacional, la cual se encuentra en vía de recuperación luego que el gobierno pusiera en evidencia las mentiras y calumnias que se han levantado contra nosotros de manera aviesa y desconsiderada.

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