Grecia y la española

“Por la Cruz, por la Patria y su gloria denodados al campo marchemos: si nos niega el laurel la victoria, del martirio la palma alcancemos”.
 
-Juan Pablo Duarte-
 
Hace miles de años los sabios griegos crearon lo que hoy conocemos como la cultura de la civilización Occidental, asimilando la sabiduría del país asoleado de Tutankamón (Egipto), a través del conocimiento en sus templos por medio de los libros sagrados de Thot-Hermes, dios considerado como el creador de la sabiduría, inventor de la escritura, cómputo del tiempo, las matemáticas, magia y regidor de las estaciones, de la luna y las estrellas. Los sabios griegos iban a Egipto para adquirir ese tan anhelado conocimiento.
 
Al leer las noticias internacionales y darnos cuenta del desastre de la economía griega, a tal punto que los 18 socios de Atenas en el Eurogrupo, alarmados con la magnitud de la crisis que atraviesa esa nación del mediterráneo, expresaron que harían lo imposible para salvaguardar la estabilidad financiera de la eurozona.
 
Y precisamente donde nace la democracia, en Atenas, el Parlamento griego vota a favor de un referéndum para que el pueblo decida sobre las medidas propuestas por sus acreedores internacionales, a cambio del desembolso del rescate, y hasta el mismo primer ministro Alexis Tsipras, exhorta a sus ciudadanos pronunciarse con un NO, en contra del referéndum, con la percepción de que conviene más negociar un mejor acuerdo que contrarreste una austeridad contraproducente, frente a la posición de los partidarios del SÍ, que consideran que el NO produciría aislamiento y la vuelta al dracma, la antigua moneda nacional.
 
Sobre ese caso, nos ponemos a pensar qué ha pasado. ¿Por qué la civilización base de lo que es el Hemisferio Occidental, donde están incluidos los Estados Unidos de Norteamérica y Canadá, está pasando por un mare magnum de esa magnitud?
Por lo que se ve, los griegos votaron por el NO, es decir, en contra de más recortes a los sueldos para cumplir con los acreedores, y del exceso de préstamos, en una economía que al ser dependiente del turismo, no parece ser tan efectiva como se supone, excepto por la creación de empleos, ya que los paquetes turísticos son vendidos y cobrados en el exterior, a lo que se añade la corrupción y arritmia presupuestaria, en una sociedad en la que las mujeres, son pensionadas a los 50 años y los hombres a los 55, todos con el 96% de sus sueldos.
 
Ante esta dramática situación, entendemos que los acreedores tendrán que aceptar lo que el gobierno griego les pueda pagar. Ni con sus mitos homéricos, ni blandiendo la espada de Aquiles, en esas circunstancias jamás podrán competir con el mundo real.
 
Grecia es acreedora principal de Alemania, del Fondo Monetario Internacional (FMI), encabezados por la Sra. Christine Lagarde, y la Unión Europea (UE) -la troica- con los cuales no puede cumplir. Tesalónica, el puerto de Grecia en Macedonia, está en el mar Mediterráneo, estratégicamente situado en la ruta de entrada al mar Negro; esto es Ucrania con toda su crisis, lo que significa área de influencia de Rusia.
 
La situación antes descrita, vista con el catalejo geopolítico de la zona luce preocupante, porque si Grecia mira hacia Rusia, la salida de ésta de la Unión Europea significaría el debilitamiento del flanco Sur de la OTAN. En este estado de cosas, por razones estratégicas, China podría aproximarse a Grecia para ayudarlo económicamente. Por sus problemas financieros también podrían tambalearse: Italia; Portugal, España y la propia Francia. En un escenario de esa naturaleza una coyuntura agravante serían los emigrantes de Siria, Irak y Libia, este último con su Califato, el de los yihadistas del Estado Islámico.
 
Guardando las naturales diferencias, pienso que la Grecia infinita, está cerca de ser catalogada como el Haití de la eurozona, con la salvedad de que en la isla La Española, a nosotros los dominicanos, un pueblo pobre, nos han querido adjudicar los problemas sociales y económicos del vecino del Oeste, en adición a los graves que ya tenemos.
 
Todo porque el trabucazo legal de la Sentencia No. 168-13 del honorable Tribunal Constitucional, ha hecho despertar un Estado que le daba la espalda a un serio problema, pues Caballos de Troya estaban fisurando gradualmente la seguridad nacional y la seguridad pública, accesando constantemente por la frontera terrestre a nuestro suelo; surgiendo subsecuentemente una “Ley Especial”, la 169-14, para hacer realidad un “Plan de Regularización de Extranjeros”, en donde los haitianos son los más favorecidos, superior a cualquiera implementado en países poderosos, pues dota de estatus a seres humanos que gravitaban en la órbita del desamparo social y económico, muchos de ellos dejados a su suerte por la tierra a la que pertenecen o que de acuerdo a sus leyes son nacionales: Haití.
 
La estrategia gubernamental -según cifras oficiales- ha logrado que el 75% de los residentes en nuestro país se hayan registrado, superando el 20% del año 2012. Eso se ha explicado bien, tanto a los países poderosos, como a los pobres, haciendo énfasis en lo concerniente a la Ley 169-14, que clasifica a las personas en dos grupos: Grupo A (personas que poseen documentos emitidos por el país), Grupo B (personas que no poseen ningún documento), donde todo caso tiene “solución legal”, con un mínimo de dos años a quienes se han acogido al Plan.
 
Somos el único país del mundo que le permite a los ilegales utilizar abiertamente su sistema de salud y educativo, en condiciones de igualdad que a los dominicanos; hasta existe un acápite de pensionados de la industria azucarera, y como pago, recibimos injustos, deshonestos e infundados ataques de personas, organismos internacionales y hasta locales, acusando a un país tan hospitalario y solidario con Haití, de ser racista y violador de Derechos fundamentales.
Cargamos un pesado lastre, haciendo depender nuestra economía -el campo y la industria de la construcción- de la mano de obra haitiana, para no pagar sueldos decentes ni ofrecer seguridad social digna, obteniendo trabajos de baja calidad con salarios evaluados con parámetros comparativos abusivos e irreales. Así nunca existirá competitividad.
 
En el pasado reciente existía la connivencia entre militares dominicanos y duvalieristas, asociados con funcionarios civiles de ambas naciones en la “trata de personas” para laborar en los ingenios azucareros. Estos hechos abrieron la compuerta fronteriza de par en par para la inmigración ilegal, llegando al descaro de proveer a los trabajadores cañeros haitianos de cédulas de identidad para que votaran por el partido de gobierno en muchas elecciones presidenciales. Esas son parte de las consecuencias que vivimos hoy, que por primera vez en nuestra historia son enfrentadas por las autoridades, bajo el imperio de la Ley, en un Estado soberano, como lo hacen los Estados Unidos de Norteamérica cuando deporta; solo en estos primeros seis meses, a 1,358 expresidiarios dominicanos, y ningún gobernador de un Estado de ese país, ni medio de comunicación alguno -nacional o extranjero-, ni los organismos internacionales, han criticado esa potestad. Si hubiésemos sido nosotros los que hubiéramos deportado esa cantidad de expresidiarios para Haití, las críticas locales e internacionales estuvieran hoy a la orden del día.
 
Nosotros no somos Grecia, pero los hechos demuestran que una de las pocas veces, después de los gloriosos 27 de Febrero de 1844 y 16 de agosto de 1863, que los dominicanos hemos estado tan unidos, apoyando a nuestro Presidente y a los funcionarios de su gobierno, es ahora, para preservar la base fundamental de los ideales Duartianos que constituye el “Plan de Regularización de Extranjeros”.
 
Los dominicanos tenemos nuestras manos sosteniendo el sagrado pendón, con la misma determinación y el valor de aquellos 300 espartanos con Leónidas a la cabeza, siendo nosotros en estos momentos el David del Caribe, por lo que no hay fuerza en el mundo que pueda quebrar, ni la dignidad ni la soberanía nacional.
 
El Plan de Regularización de Extranjeros, siguiendo el debido proceso, y con la severidad de un sensor romano, debe continuar navegando viento en popa y a toda vela. Basta ya de tanta diplomacia veleidosa y ladina, cubierta bajo el manto de la infamia, mentiras aviesas e intrigas manipuladas.
Dios Patria y Libertad.
¡Viva la República Dominicana¡

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