Pese a que en la República Dominicana se ha experimentado una disminución en la explotación laboral infantil, aún el 13 por ciento de los menores de 17 años realiza algún tipo de trabajo, situación que compromete las oportunidades de estos niños y niñas al alejarlos del sistema educativo y poner en riesgo su integridad física, psicológica y moral cuando desempeñan tareas inapropiadas para su edad y desarrollo.
En el país, la legislación vigente fija en 14 años la edad mínima de admisión a jornadas laborales; sin embargo, el promedio de quienes llevan a cabo actividades consideradas como trabajo infantil es de 12 años y en la actualidad más de la mitad tiene 13 o menos.
De acuerdo a la Organización Internacional del Trabajo (OIT), esta nación se encuentra a la cabeza de la región en materia de lucha contra el trabajo infantil, porque se ha logrado reducir en un seis por ciento en los últimos diez años; en opinión de especializados todavía persisten escollos que impiden avanzar en su máxima expresión.
Datos recientes dados a conocer por la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), mediante la encuesta Enhogar, da cuenta que el 13 por ciento de los menores de 17 años realiza algún tipo de trabajo, cifra que para algunos resultan alarmante, pues flagela su desarrollo educativo e impide que en el futuro sean hombres y mujeres productivos.
Opina la iglesia
Aunque los resultados de ese estudio reflejan una significativa reducción con relación a Enhogar 2009-2010, lo recomendable sería que ningún infante realice actividades labores, sino que se dedique a estudiar y a prepararse para así enfrentar los desafíos de la vida, opinó al respecto el padre Luis Rosario, coordinador de la Pastoral Juvenil de la Iglesia Católica.
En la zona urbana el trabajo en menores representa el 12 por ciento y en la rural el 16%. Mientras que en relación con los ocupados en la producción económica alcanza el 79%, lo que indica que de cada 100, casi 80 se encuentran realizando trabajos no aptos para personas menores de 18 años.
Al reflexionar sobre el particular, el sacerdote instó a los países de Iberoamérica a diseñar políticas que erradiquen este hábito, el cual dijo “avergüenza y atenta contra la cohesión social».
El número de niños y niñas que trabajan en el país está cerca del medio millón, afirmó el religioso ante la interrogante de DominicanosHoy y corrobora que contrario a estudios recientes, este dato se mantiene desde hace más de una década.
Rosario, además, rechazó que ese segmento de la sociedad deje a un lado las actividades propias de su edad para dedicarse al trabajo doméstico: “Una de las modalidades de esa práctica es la explotación de niñas en quehaceres del hogar”, opinó el prelado, quien lamenta que las menores se empleen en esos oficios, pues considera que quienes solicitan esos servicios se aprovechan tanto de ellas como de su familia.
Rosario expuso que se trata de un ejercicio común en el país que se debe erradicar, pues es un abuso aprovecharse de su situación de pobreza: “Las peores formas de trabajo infantil son aquellas que esclavizan a los niños y niñas, los separan de su familia o los exponen a graves peligros y enfermedades”.
Citó un estudio que determinó que el 50% de las niñas empleadas como domésticas no terminó la escuela primaria, y del resto, que sí lo hizo, apenas el 20% concluyó la educación media.
El religioso destacó que es importante que los pequeños aprendan sobre la responsabilidad y disciplina del trabajo, pero que cuando ello le impide asistir a la escuela, descansar o realizar las actividades propias de su edad, no debe ser consentida.
Expuso que hay que diferenciar a la familia que acoge a un adolescente con sentido de fraternidad, de aquella que contrata a una menor para los quehaceres del hogar.
Manifestó que hay casos de personas que albergan a jóvenes de escasos recursos para ayudarlas a concluir sus estudios de manera desinteresada. El padre Luis Rosario abogó por que se desarrollen más acciones y políticas públicas para abolir el trabajo infantil.
Responsabilidades
Las autoridades dominicanas que tienen el compromiso en este vulnerable tema, deben atender esta problemática si realmente se quiere alcanzar un estudiantado capaz y de acuerdo a los nuevos tiempos que vive la humanidad.
Por ejemplo, al Ministerio de Educación le corresponde velar porque los menores de 13 años de edad concluyan el octavo grado del Nivel Básico, e impedir que trabajen, puesto que obviamente disminuyen sus posibilidades de alcanzar dicho aprendizaje.
Así también, el resto de las instituciones y ministerios involucrados en el tema, como el Consejo Nacional de la Niñez (Conani), deberán establecer políticas públicas tendentes a eliminar el trabajo infantil y conseguir resultados, como el propuesto en la “Hoja de Ruta”, cuyo contenido esclarecemos a continuación:
La Agencia Hemisférica sobre Trabajo Decente (AHTD), fue adoptada en la XVI Reunión Regional Americana de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Brasilia, 2006, y consiste en una estrategia articulada de políticas que combinan acciones en el campo económico, legal, institucional a fin de eliminar las peores formas de trabajo infantil para 2015 y erradicarlas totalmente en 2020.
Para alcanzar estas metas fue creada “La Hoja de Ruta”, con el propósito de hacer de América Central y la República Dominicana una zona libre de trabajo infantil. Su contenido propone seis ejes estratégicos que contemplan: “Lucha contra la pobreza; educación; salud; marco normativo y legal; sensibilización y movilización social y generación de conocimiento y seguimiento con sus respectivos objetivos, resultados e indicadores y estrategias fundamentales para alcanzarlas”.
