Las autoridades dominicanas, representadas por el Ministerio de Turismo, presentaron hace varias semanas un proyecto con el cual pretenden abocarse a la trasformación estructural del Monasterio de las Ruinas de San Francisco y su entorno.
La propuesta, para cuya selección se llevó a cabo una licitación internacional, fue ganada por la empresa que representa por el reconocido arquitecto Rafael Moneo, según explicaciones dadas por el Mitur el día que presentó el proyecto.
Sin embargo, las críticas a la propuesta de restauración de ese patrimonio de la humanidad, ubicado en la Ciudad Colonial, no han parado, incluso, desde antes de presentarse formalmente el mismo.
El Comité Dominicano del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos), el Colegio Dominicano de Ingenieros, Arquitectos y Agrimensores (Codia), Patrimonio Monumental y la Universidad Pedro Henríquez Ureña, son solo parte de las entidades que han levantado su voz contra el proyecto.
Mientras que las opiniones a favor de la restauración y conservación de las Ruinas de San Francisco no se han hecho sentir, exceptuando las del Ministerio de Turismo, que ha defendido el plan, y cuyo titular, Francisco Javier García, ha llamado a los sectores a un diálogo para escuchar sus propuestas.
De llevarse las opiniones a favor y en contra a una mesa de debates, como lo ha planteado el funcionario, es muy probable que de ellas salga el proyecto ideal para la merecida renovación que necesita ese monumento dominicano.
No obstante, quienes más se perjudican en la actualidad por las condiciones en la cual se encuentran las Ruinas son la Ciudad Colonial, como destino turístico, y la población dominicana, que no puede disfrutar plenamente de ese espacio.
