Los tomates son un alimento que no puede faltar en nuestra dieta ya que, además de darle un sabor muy delicioso a nuestros platos. También tienen un alto poder nutricional que le aporta importantes beneficios a nuestro cuerpo y nuestra salud.
Este alimento lo adquirimos con mucha facilidad en el mercado, aunque en determinadas épocas es costoso y de baja calidad. Por suerte, como muchas otras plantas, el tomate es muy fácil de cultivar en casa y se puede plantar para tener un suministro interminable de este alimento con la certeza de que es de la mejor calidad.
Cultivar tomates en casa nos garantiza que serán libres de pesticidas y otras sustancias químicas que se utilizan en la industria para conservarlos frescos por más tiempo. Además, es muy económico y como resultado dará tomates frescos, deliciosos y 100% orgánicos.
En esta ocasión te vamos a compartir los sencillos pasos para cultivar tus propios tomates ecológicos en macetas que puedes tener en cualquier espacio de tu casa. Presta mucha atención a cada consejo para que tu cultivo sea completamente exitoso.
Utilizar una maceta adecuada
La maceta es uno de los elementos más importantes para asegurar el éxito del crecimiento de la planta de tomate en casa. Cuanto más grande sea, más posibilidades habrá de lograr una buena planta de tomate.
Por supuesto, hay quienes tendrán la ventaja de contar con un jardín, terraza o patio con un buen espacio para obtener mejores resultados. Sin embargo, lo ideal es que, independientemente de esto, sea lo más grande posible.
De forma general, se recomienda utilizar una maceta de 46 cm de profundidad, siendo proporcional a su ancho. De este modo, las raíces tendrán el espacio suficiente para desarrollarse.
Lo ideal es que la maceta sea de plástico para que sea más fácil moverla.
Por último, coloca un recipiente en forma de plato debajo de la maceta para recolectar el agua que vaya drenando.
Una maceta con buen drenaje
El drenaje de la maceta es otro punto muy importante que vale la pena destacar. Esta debe tener unos agujeros en la parte inferior para un buen drenaje y evitar problemas por exceso de humedad de la tierra.
Para que el sustrato no se escape por estos agujeros, lo ideal es colocarle una pequeña malla en el fondo.
Mezcla adecuada
Se recomienda evitar el uso de tierra de jardín o de cualquier otro sitio, ya que esta puede contener plagas o enfermedades para la futura planta.
Una buena opción es preparar una mezcla de un 60% de fibra de coco y un 40% de humus de lombriz.
¿Cómo-plantar-la-tomatera
Cuando ya hayas adquirido tu tomatera desde un semillero propio, o bien la hayas comprado en un centro de jardinería, puedes proceder a plantarla en la maceta que has preparado.
Para empezar, vas a rellenar un tercio de la maceta con la mezcla preparada en el punto anterior.
Coloca el esqueje de la tomatera y luego agrégale más mezcla, hasta que llegue al cuello de la planta.
Aprieta suavemente el sustrato, de modo que sostenga bien la planta.
El riego
El primer riego debe ser abundante, de modo que todo el sustrato quede húmedo. En este riego se debe evitar humedecer las hojas, los tallos y la base de la planta, por lo que regaremos solo sus alrededores.
Después de ese primer riego, es importante observar el sustrato de la planta, ya que no será necesario regarlo todos los días. Dependerá de la humedad que conserve.
Observa muy bien el sustrato y asegúrate de que esté ligeramente húmedo. Se debe evitar regar en exceso, ya que la humedad puede causarle problemas a la planta.
Tutorar la planta
Para que la planta crezca de forma adecuada, es muy importante ponerle un soporte que la ayude a crecer hacia arriba. El tutor la ayudará a engancharse y le permitirá mantenerse firme.
Fertilizar
A partir de los dos meses, es importante empezar a fertilizar la planta para que dé una buena y abundante cosecha.
Los fertilizantes orgánicos se pueden adquirir en las tiendas de jardinería y en la etiqueta se puede encontrar la cantidad recomendada para tu planta.
Recolección
Los tomates se van madurando poco a poco y es entonces cuando inicia la recolección o cosecha. Sin embargo, algunos tomates no llegan a madurarse completamente y, ante esto, lo mejor es cortarlos con un poco de tallo y dejarlos en un lugar fresco hasta que se terminen de madurar.
