Los policías y civiles detenidos por un escándalo de corrupción en el seno del cuerpo de seguridad ciudadana paraguayo suman hoy cinco, mientras continúan las investigaciones.
A dos jefes policíacos y varios empleados de la empresa Petróleos de Paraguay (Petropar) se les relaciona con el uso ilícito de vales de combustible por valor de miles de dólares.
Las tarjetas para abastecer de carburante a los patrulleros de la Comandancia General de la Policía eran vendidas a terceras personas o cuando menos las usaron civiles que pagaban por ello.
El último detenido es el suboficial Roberto Osorio, apresado la víspera en la fronteriza Ciudad del Este y conducido a la dependencia de Delitos Económicos y Financieros en esta capital.
Osorio fue imputado por enriquecimiento ilícito, estafa y producción de documentos falsos tras ser arrestado cuando viajaba en un auto y en compañía de su familia al parecer con intenciones de cruzar la frontera hacia Brasil, pues llevaba equipaje a bordo.
Además de él están implicados su jefe directo, el comisario Juan Mendoza, y los empleados de Petropar Víctor Ojeda, Derlis González y Gustavo Rodríguez.
Osorio, al parecer jefe de la operación, llevaba según los investigadores una vida muy por encima de su salario, pues es propietario de dos lujosas residencias y varios vehículos, amén de que viajaba con frecuencia al exterior.
La fiscalía está ampliando la búsqueda de elementos que, según las sospechas divulgadas en la prensa, conduzcan a la identificación y detención de otros implicados.
