Él buscaba submarinos alemanes, pero encontró una virgen. Playa Pilar debe su nombre al yate del famoso escritor estadounidense Ernest Hemingway y es una de las más bellas de Jardines del Rey. Pudiera parecer que era igual que las otras. Pero ella se salía de los esquemas.
Su cuerpo se mostró tan diferente a lo ya conocido y tan perfecto, que Ernest Hemingway solo atinó a cerrar sus ojos y soñar. Virgen y seductora se presentó ante los ojos de un soñador una de las playas más bellas de Cuba y, con total seguridad, del mundo.
Playa Pilar, situada en Cayo Guillermo, uno de los islotes que conforman el destino Jardines del Rey, le descubrió al Premio Nobel de Literatura un paraíso. Pilar posee un encanto peculiar. Tiene por telón de fondo varias cadenas de dunas a lo largo de más de 1.5 km que llegan a alcanzar 15 m de altura, son las más altas del Caribe Insular.
La arena está conformada por granos perfectamente redondos, muy pequeños y de color blanco crema, que hacen que permanezca siempre fría aun cuando reciba las bendiciones del sol. Y fue nombrada así en honor al yate de igual nombre en el cual el Premio Nobel de Literatura Ernest Hemingway navegó el mar caribeño durante la II Guerra Mundial en busca de submarinos alemanes. Fue también la playa que inspiró su novela «Islas en el Golfo».
La pendiente suave, el color, transparencia y tranquilidad de sus aguas distinguen la playa sumergida. Sus dunas tienen propuesta la categoría de Área Protegida de Elemento Natural Destacado.Y aunque ya no existen corsarios ni piratas, sobreviven al tiempo tierras que han quedado marcadas por su suerte histórica y natural: Jardines del Rey es una de ellas. Sin dudas, la presencia de bucaneros en la zona fue la causa por la cual los nombres de estos cayos comenzaron a figurar en mapas y cartas de navegación.
Sus principales cayos: Coco, Guillermo y Paredón Grande, constituyen un tesoro exclusivo por su belleza auténtica, el valor ecológico y el toque íntimo y virgen que le confiere el alto grado de conservación de sus ecosistemas marítimos y terrestres, que pertenecen a la Reserva de la Biosfera Buenavista.
Playas de finas arenas blancas conviven junto a una floresta dominante, tapizada por formaciones boscosas naturales donde abundan las especies endémicas, y una variada avifauna, calculada en más de 200 especies, ninguna dañina para el hombre.
Entre estas aves se destaca una de las colonias de flamencos rosados más importantes del Caribe. Viven donde el agua es más salobre y procrean en las lagunas interiores de las isletas. En ocasiones, es tan grande su número, que vistos a distancia pareciera que el agua fuese color rosa.
ayo Coco cuenta con un área de 22 km de excelentes playas y una impresionante vegetación de manglares y cocoteros, donde viven reptiles como las iguanas. Entre sus playas existen varias de especial interés como son las Jaula, Coloradas y Flamencos. Situado a la vera noroeste de su vecino Cayo Coco, Guillermo guarda para usted un ambiente más íntimo e igualmente acogedor entre sus dunas, consideradas las de mayor altura entre las islas tropicales. No sorprende entonces que el escritor norteamericano Ernest Hemingway describiera este punto del archipiélago Sabana- Camagüey, como uno de los más impresionantes por su salvaje belleza y el valor escénico de sus playas.
Al alcance de pocas brazadas alcanzará a admirar los deslumbrantes paisajes submarinos de la segunda barrera coralina más extensa del mundo. Mientras se recorren estas tierras, el canto de gaviotas y pelícanos avistan la cercanía de otro pedazo de vida: cayo Paredón Grande, un ambiente evocador de todo origen y pureza, prácticamente virgen. La valía paisajística y ecológica de estos islotes promete con seguridad el disfrute de un paseo emocionante.
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