Panamá.- El principal sistema eléctrico nacional panameño invertirá más de mil millones de dólares en líneas de trasmisión para extender la cobertura, calidad del servicio y reducir las pérdidas de energía, informó un directivo del sector.
La estatal Empresa de Transmisión Eléctrica S.A. (Etesa) firmó un acuerdo de financiamiento con el Banco de Desarrollo de América Latina por cien millones de dólares para iniciar la expansión del Sistema Principal de Transmisión Eléctrica, que se ejecutará hasta el 2017.
El gerente general de Etesa, Iván Barría, destacó que este financiamiento permitirá fortalecer las operaciones de la red y optimizar la calidad y continuidad del servicio.
En octubre pasado la empresa brasileña Odebrecht comenzó una línea de doble circuito desde Tolé, en el extremo occidental del país, hasta la ciudad capital, con una capacidad de 800 Megawatts (MW) y una extensión de 300 kilómetros, para lo cual deberán colocar 850 torres.
Otra importante inversión del sector es la interconexión eléctrica entre Colombia y Panamá, que se prevé para 2018, y para la cual el Banco Interamericano de Desarrollo aprobó 1,5 millones de dólares en cooperación técnica no reembolsable.
La iniciativa, que empezó a estudiarse hace más de cinco años, tiene como fin fortalecer el servicio de energía eléctrica en Centroamérica, mediante la utilización del Sistema de Interconexión para América Central.
Por otra parte, uno de los mayores centros fotovoltaicos del mundo conectados a un sistema electroenergético nacional se construye aquí, con capacidad para de generar 9,9 MW y beneficiar a tres mil familias, según la empresa inversionista EcoSolar.
El país intenta actualmente cambiar la estructura de su matriz energética, incrementando la generación de energía limpia con mínima afectación al medio, como este sistema conocido como Divisa Solar, que evitaría la expulsión de cuatro mil 500 toneladas anuales de gases dañinos a la atmósfera, si utilizara petróleo.
Actualmente, el 55 por ciento de la capacidad de generación del país corresponde a hidroeléctricas, 43 a térmicas que utilizan combustibles fósiles y solo dos por ciento a renovables que incluyen una pequeña instalación solar de dos MW y un parque eólico.
Las centrales movidas por agua tienen en su contra que disminuyen su producción en períodos secos, además de que su construcción es costosa, perjudica el ambiente en el área de embalse y provoca daños al hábitat en las cuencas.
