Moradores de los sectores Los Ángeles y Los Peralejos, ambos ubicados en el kilómetro 13 de la Autopista Duarte de esta capital, se encuentran sumidos en la desesperación, por la delincuencia imperante en la zona, que ha obligado incluso a los feligreses a asistir menos a la misa por temor a ser agredidos por los vándalos.
Vecinos de la localidad narraron a este multimedios que los atracos se producen a cualquier hora del día; pero lo peor es que quienes cometen esas acciones, en ocasiones son jóvenes del barrio, que no les importa perjudicar a un conocido.
“Pasadas las nueve de la noche, hay que encerrarse en los hogares para no ser otra víctima de esos degenerados” agregaron los residentes del lugar, y comentan que pese a la carencia de algunos servicios básicos existente, la delincuencia es la principal problemática que padecen.
Un señor, que prefirió no ser identificado, narró el pánico que experimentó cuando se dirigía a su trabajo y fue asaltado por dos hombres a bordo de una motocicleta, quienes lo encañonaron, le arrebataron su cartera y de inmediato emprendieron la huida.
Otro habitante en el poblado, Eduardo Moreno, señaló que menores son agredidas a punta de pistolas, a diario en la barriada, para despojarlas de sus celulares o cualquier pertenencia. “Lo grave es que esos hechos se han convertido en casos comunes en los Peralejos y Los Ángeles.”
Narra que desconocidos en motores y armados mantienen intranquilizados a los moradores, razón por la cual han optado por llevar consigo “peñones,” garrotes y piedras para defenderse ante una eventualidad.
Marcos Villanueva, vendedor de frutas, relató que hubo un día en que ocurrieron 8 asaltos a personas que caminaban en las calles del barrio que se trasladaban a estudiar o trabajar; situación que calificó de alarmante.
“No pude hacer nada, sentí impotencia, expuso un comerciante que presenció cuando fue asaltada una menor que iba a la escuela frente a su negocio. Aquí esto se ha vuelto tierra de nadie y cada día esos hechos ocurren con más frecuencia”, destacó.
“Todo esto ha llegado tan lejos que las mujeres tienen miedo de ir de noche a las misas, pues sobre todo en medio de apagones, los delincuentes se mantienen vigilantes en las esquinas para agredirlas”, dijo una dama que no reveló su identidad.
El párroco de Los Ángeles, sacerdote Gustavo Carles, pidió que se detenga la “fábrica de delincuentes” existente en la zona que a su juicio no son del sector, sino que provienen de otros barrios como Los Girasoles. Instó a que se busquen las causas de la frecuencia en esos delitos y su raíz para darle solución.
Sin embargo, advirtió que la salida no está en matar a ladrones, pues seguirían produciéndose hechos de vandalismo. Llamó a enfocar acciones hacia la prevención de los crímenes y delitos.
El religioso indicó que la infracción no es la única dificultad de la comunidad, sino que hay otros males debido a deficiencias en algunas necesidades esenciales. La falta de conciencia de los ciudadanos es un aspecto que constituye un problema, pues cuando llueve la gente lanza la basura en las vías, lo cual perjudica en todos los sentidos.
La prostitución de menores de edad en la circunscripción es otra de las preocupaciones del párroco.
Drogas
“Esta es una comunidad cerrada y tú te preguntarás a las 11:00 de la noche; 1:00, 2:00 y 3:00 de la madrugada qué hacen motores moviéndose a tan altas horas y concluyes que son transportadores de drogas.
“Pero, qué hacen las autoridades para combatir esos desacatos; eso es lo que no se sabe todavía. O sea, hay una serie de factores que si dañan a una comunidad, pero esta es una de las que se puede rescatar todavía”, reflexiona.
