El presidente Danilo Medina calla y al pueblo le vendría bien escuchar sus criterios sobre todo cuanto mueve la opinión pública, en relación con la crisis innegable existente entre el Ministerio Público y el Poder Judicial, como quiera, dos importantes estamentos del Estado.
La presidenta del Senado, Cristina Lizardo, es una de las voces respetadas que ha mostrado preocupación por el debate surgido entre el Poder Judicial y la Procuraduría General de la República, a raíz de los fallos de No Ha Lugar emitidos por esa alta corte y un tribunal de la provincia Santo Domingo, a favor del senador Félix Bautista y el alcalde de San francisco de Macorís, Félix Rodríguez, acusados de corrupción por el Ministerio Público.
Otras instituciones como Justicia y Transparencia, Alianza Dominicana contra la Corrupción; la Fundación Institucionalidad y Justicia, entre muchas más, han cuestionado el enfrentamiento público entre el presidente de la Suprema Corte de Justicia, Mariano Germán Mejía, y el procurador general de la República, Francisco Domínguez Brito.
Ni hablar de lo que piensa y expresa la población, pues no se explican cómo tienen lugar los debates entre personas de ese gran nivel jurídico.
Entonces, la máxima figura estatal del país, podría poner un punto final a los descalificados improperios que de un lado y otro atraviesan al país.
La ciudadanía espera una reacción del Presidente y que haya debates en torno a los grandes retos en todo el sistema de justicia, dirigidos a acabar con la impunidad y la corrupción; pero no estos choques que lo único que logran es el desgaste personal de funcionarios, cuyo prestigio les ha llevado a puestos tales y, en definitiva, sufre la nación y se quebranta la democracia.
