Tras el fallo de No Ha Lugar a favor de los “Félix”, el senador Bautista, y el alcalde de San Francisco de Macorís, de apellido Rodríguez, absueltos por la justicia, de manera insólita, el país arde en opiniones y hasta allende los mares las protestas se multiplican en rechazo total.
Este multimedios ha palpado que el dictamen no pudo ser más contradictorio. Voces de distintas organizaciones de la sociedad civil y partidos políticos se han concentrado frente al palacio de la Suprema Corte de Justicia, y en monumentos patrióticos, como el Altar de la Patria, para manifestar su repudio a la institucionalidad de la impunidad y la corrupción establecida con el fallo.
Alguien verbalizó que esta era una de las últimas copas que rebosó la copa del partido oficialista; pues ya el pueblo dudaba desde antes, y solo mantuvo cierta expectativa a ver si la diosa Temis triunfaba, aun siendo casi imposible su victoria legal. Ahora, las dudas atraviesan los espacios institucionales y la pregunta sigue siendo si solo se condenan a quienes roban chinolas, salami o un pedazo de pan. Los Miserables puede volver a escribirse en República Dominicana.
