Muchas personas que visitan el país se impresionan al constatar la cantidad de bancas existentes en calles y barrios, y a veces, de soslayo, surgen expresiones de “ojalá se multiplicaran así las escuelas” en el territorio nacional; aun cuando el gobierno de Danilo Medina ha dignificado el concepto martiano de, quien siembra escuelas recoge hombres, sin duda, la ludopatía se abre paso señorial y supera con creces otras vertientes de la sociedad dominicana.
El presidente de la Comisión de Hacienda del Senado, Dionis Sánchez, señaló, por ejemplo, que las bancas de apuestas tienen una ganancia de 70 mil millones de pesos al año, y que el Estado dominicano solo recibe de ellas la suma de RD$1,700 millones por ese concepto, lo cual cataloga de inaceptable, pues apunta que “debería ser entre un 10% y un 20%, para devolverle a la población lo que corresponde”.
El administrador de la Lotería Nacional, José Francisco Peña Tavares, asegura que a esta institución le corresponde regular las bancas de apuestas, porque son ellos quienes cuentan con las estadísticas del sector y subrayó que en el país se juegan RD70 mil millones anualmente, por las diferentes modalidades.
Si bien República Dominicana recibe un grávame bajo: “Apenas un 2%, que es algo pírrico”, y no un 20% como corresponde, la pregunta sigue siendo cómo una población cuyas ganancias son mínimas comparables con el alto costo de la canasta básica, puede dedicar tanto dinero al juego. La respuesta solo puede darla esa adicción que mantiene a millones de seres en el planeta imbuidos en esa fantasía que le permita algún día cumplir “sus sueños dorados”…Esos que suceden a una persona entre millones.
