El Ministerio Público del departamento judicial de Montecristi logró que fuera dictada prisión preventiva como medida de coerción en contra de un hombre de nacionalidad dominicana, a quien le atribuyen formar parte de una red criminal internacional que se dedicaba a la explotación sexual de mujeres en centros de prostitución de Haití.
Conforme lo explica una nota de prensa del Ministerio Público, el Tribunal de Atención Permanente de esa jurisdicción dictó la medida cautelar de dos meses de prisión contra de Juan Cabreja Abreu, quien es sindicado de ser supuestamente el que se encargaba de buscar, convencer, reunirse y hacer las diligencias necesarias para la adquisición de documentos para el traslado de las víctimas hacia la vecina nación.
Sostiene el comunicado que dicha organización operaba desde el municipio de Pepillo Salcedo, en Montecristi, lugar donde residía el imputado Cabreja Abreu, el cual fue detenido durante un operativo realizado el pasado sábado por su vinculación al caso, mediante la orden de arresto.
En otra operación también fueron rescatadas cinco mujeres dominicanas en un prostíbulo ubicado en la capital de Haití, Puerto Príncipe, cuyo nombre se omite para proteger su identidad, las cuales eran obligadas a ejercer la prostitución de forma involuntaria.
Las investigaciones del caso están encabezada por la procuradora fiscal titular de Montecristi, Yoanna Bejarán y la fiscal Carmen Julia Ortega Monción, labores que se llevan a cabo en coordinación con la Procuraduría Especializada contra el Tráfico Ilícito de Migrantes y la Trata de Personas, que dirige el magistrado Jonathan Baró, mediante las cuales se ha podido determinar que el imputado Cabreja Abreu presuntamente junto al nombrado Frank Hipolite, de nacionalidad haitiana, se dedicaba a realizar actividades de carácter ilícito relacionadas con una red de tráfico de mujeres a nivel internacional con el fin de prostituirlas en la República de Haití.
Se estableció que las convencía para que trabajaran con Frank, con la promesa de que ganarían más dinero, siendo posteriormente trasladadas a Haití, donde según las denuncias, eran obligadas a firmar un contrato y a tener relaciones sexuales a punta de pistola, sin su consentimiento.
