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Urgen políticas públicas asociadas a embarazos adolescente

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República Dominicana integra, junto a Brasil, Colombia, Guatemala, Honduras y Paraguay las naciones que aparecen en el informe final: Vivencias y relatos sobre el embarazo en adolescentes. Una aproximación a los factores culturales, sociales y emocionales a partir de un estudio en seis países de la región, presentado por el Plan Internacional y el Fondo de las Naciones Unidas para la infancia (Unicef), en la capital dominicana.
 
El documento enfoca las tasas de fertilidad adolescente en la región de América Latina y el Caribe, las cuales no han descendido en la misma proporción que a nivel global y, encima,  se prevé que serán las más altas del mundo y se mantendrán estables entre 2020 y 2100.
 
Expone también que la alta fecundidad adolescente en un contexto moderno podrían resumirse en términos de reticencia institucional (sociedad y familia) para reconocer a las y los adolescentes como sujetos sexualmente activos, lo que restringe su acceso a métodos de planificación familiar y a conocimientos y prácticas sexuales seguras; y  la desigualdad, que acorta sensiblemente el horizonte de opciones vitales para las y los más pobres, lo que eleva el valor de la maternidad y la paternidad temprana como mecanismo para dotar de sentido a la vida.
 
Pierden su niñez…
Silvio Minier, gerente soporte a Programas Plan República Dominicana habló a DominicanosHoy de lo que significa para estas niñas quedar embarazadas, “rara vez pueden ejercer sus derechos a la educación, la salud, la protección y un nivel de vida adecuado. Pierden su niñez y asumen obligaciones de adultas”, afirmó.
 
En América Latina, una de cada tres jóvenes es madre antes de cumplir 20 años. Entre los países de la región con mayores porcentajes de madres jóvenes están: Nicaragua (28%), Honduras (26%), República Dominicana (25%), Guatemala y El Salvador (24%), Ecuador (21%) y Bolivia y Colombia (20%), según datos del Fondo de Población de Naciones Unidas (Unfpa), 2013”.
 
El especialista declara  que “el documento enmarca experiencias diversas, entre las cuales se destaca la cultura machista que impera en el país; el papel de la familia a la hora de socializar la maternidad, lo cual determina que la niña pasa a ser mujer- madre y se le coartan sus derechos y preferencias como adolescente. De manera que se les da un trato como adultas y ni en los hospitales existe un protocolo especial.
 
En la región, una tercera parte de los embarazos corresponde a menores de 18 años, y un 20% no alcanza los 15 años. “En estos casos suele ser producto de violencia sexual, debido a sus condiciones de alta vulnerabilidad. A ello se adiciona el riesgo de morir por causas relacionadas al embarazo, parto y postparto, el cual se duplica si quedan embarazadas antes de los 15 años”, apunta Silvio Minier.
 
Gran problemática
La directora del Plan en la República Dominicana, Brechtje van Lith, considera que las políticas públicas deben ser implementadas y que aborden los diferentes factores asociados al embarazo adolescente. Sus estrategias deben tomar en cuenta las percepciones de las y los adolescentes, reconociéndolos como sujetos de derechos”, dijo la funcionaria.
 
Para la representante de Unicef en República Dominicana, María Jesús Conde, el embarazo a edad temprana tiene graves consecuencias de salud y trunca el bienestar y expectativas de vida de las adolescentes: “El Ministerio de Educación debe honrar sus compromisos legales y políticos e incorporar la educación afectivo sexual en el currículo educativo, para que todos y todas tengan acceso e información sin tabúes sobre la sexualidad, relaciones sexuales, diversidad sexual y cómo prevenir un embarazo”, exhortó.
 
La doctora  Bernarda Diloné Mateo, nutrióloga clínica especialista en salud integral de adolescentes, abordó este importante aspecto y explicó a DominicanosHoy: “No es para nadie un secreto cuánto se descuidan las adolescentes con su alimentación. Generalmente siguen estereotipos que ven en la televisión  y se someten a dietas rigurosas en riesgo de sus propias vidas. También se alimentan con esas comidas rápidas, chatarra”.
 
Bernarda Diloné  comenta el número de adolescentes que llegan a su consulta: “Desearíamos que estuvieran acompañadas por adultos, pero no siempre sucede y esto es un gran problema, pues aunque estén embarazadas no dejan de ser menores y piensan como tales. Les recomendamos cómo alimentarse; pero, no siempre siguen lo estipulado y esto perjudica su salud durante la gestación, hasta el momento del parto y después”.
 
Violación y delito
El abogado Natiash Marmolejos Santos, procurador fiscal, coordinador de unidades de atención a Víctimas del Ministerio Público comenta que no todas las familias denuncian cuando sus hijas salen embarazadas de hombres mayores. “Intentamos legislar de manera que cuando la menor llegue a un centro médico, que el doctor nos informe, porque estamos obligados a perseguir al violador. Igual hemos orientado en las escuelas, porque también se dan embarazos entre escolares adolescentes, pero estos son los menos; los más son mayores de edad que se aprovechan de la vulnerabilidad de las niñas”.
 
Impunidad y la justiciabilidad son temas ausentes dentro del desarrollo y análisis de las políticas públicas sobre embarazo adolescente. El jurista confirma que “el Código de Protección del Menor califica esto como un abuso sexual; también el Código Penal de la República Dominicana, que tiene el punto de la seducción…Pero, todo es más complejo debido a la admisión de los familiares”, admite y añade la importancia de sensibilizar a los hombres, e involucrarlos más: “Porque esto no es una lucha solo de las mujeres, sino de toda la nación para erradicar la violencia hacia las mujeres”.
 
El informe Vivencias y relatos sobre el embarazo en adolescentes. Una aproximación a los factores culturales, sociales y emocionales a partir de un estudio en seis países de la región, expone que “los hallazgos también evidencian que a pesar de la cantidad y diversidad de políticas vigentes existe una brecha en su implementación, asociada a la escasa valoración de las y los adolescentes en la sociedad, los tabús, la idealización de la maternidad y el no reconocimiento real de las y los adolescentes como sujetas y sujetos de derechos. Por tanto, urge que los y las adolescentes sean incluidos, a través de una participación activa y efectiva, en el diseño e implementación de las normas, políticas y mecanismos de protección social de responsabilidad del Estado”.

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