Thania se levantó desde el abismo profundo

Thania Fernández Reyes hoy está regenerada. Hace apenas dos años era una adicta a las drogas, circunstancia que arruinó su vida hasta el punto de perder la nariz. Vivió los momentos más amargos de su existencia; pero tuvo muchos motivos para cambiar de rumbo, el principal de ellos fue su familia.
 
A los 24 años sufrió un divorcio, el cual fue su puerta de entrada a la drogadicción, que comenzó con un cigarro de marihuana y luego cocaína. Estos episodios nefastos vividos le sirvieron de “universidad” para adquirir los conocimientos que posee sobre los daños que pueden ocasionar esas sustancias.
 
La renovada mujer, que cuenta ya con 60 años de edad, narra que comenzó en ese bajo mundo en Estados Unidos, cuando tenía 24 años: “Inmediatamente me divorcié quedé muy triste y desmoralizada, no fue nada fácil y no tuve las fuerzas necesarias para asimilarlo”.
 
Se casó a la edad de 22 años; de esa unión tuvo un hijo y de la segunda relación tiene otro: “Tengo dos retoños, hoy hombres, que fueron los motivos para dejar ese mundo. Me autodestruí. Hoy le pido a la juventud que no se deje caer en ese precipicio, pues cuanto más alto suben, más profundo te hundes”.
 
Cuenta con entusiasmo que imparte charlas a jóvenes adictos en centros de regeneración. Le embarga la tristeza y recuerda que uno de los momentos más difíciles para ella fue cuando perdió su nariz por el consumo abusivo de esas sustancias. A su juicio, al alucinógeno utilizado aquella noche le echaron algún químico para rendirlo, sin pensar en el daño que podía ocasionar a quien lo consumiera.
 
Relata que ese hecho fue muy doloroso, pues quitarse los pedazos de nariz carbonizados y tener que lanzarlos al zafacón fue muy fuerte. Además, se le hicieron dos hoyos profundos en el cielo de la boca: “No se qué químico tan fuerte usaron para procesarla que me provocó ese problema, pero fue como para matarme.
 
“Mi adicción se mantuvo a un ritmo constante y, antes de darme cuenta, me había convertido en una drogadicta que todos los días tenía que consumir. Antes de las seis de la tarde ya era obligatorio obtener mis estupefacientes. Me pasaba la mañana durmiendo, luego me levantaba a comer el resto del día, hasta que llegara la hora de inhalar mi asunto”, señaló la regenerada dama.
 
Cambios
 
Thania Fernández Reyes comentó que tuvo muchas causas  para reformarse. El principal de ellos fue el apoyo incondicional de su familia. Una persona con esa condición necesita mucho soporte; sin embargo, no se le puede dar dinero, pues es una tentación que puede costar una recaída.
 
Cuenta que le robaba diario a su madre para saciar su vicio. Ella le comentaba que le faltaba  dinero y le respondía recordándole que frecuentemente iba al supermercado a hacer compras.
 
“Mi familia me decía ‘tienes que entrar a Hogar Crea’. Yo no quería; inclusive en varias ocasiones visitaba al Julio Manuel Días Capellán, director nacional de tratamiento de la referida entidad y quedaba en ir y nunca me animé, hasta que una noche le pedí a Dios que me diera las fuerzas necesarias para decidirme y así pasó”.
 
Añade que duró dos años para rehabilitarse y confiesa que no fue tarea fácil; hubo momentos de debilidades en que necesitaba consumir y otros donde recogía su ropa con la finalidad de marcharse a su casa; pero luego, al salir de allí, su meta principal fue reinsertarse a la sociedad como ente productivo y servir de ejemplo a todos jóvenes: Así lo ha hecho.
 
Detalla que antes de entrar a Hogar Crea tocó muchas puertas, y estas siempre se cerraron debido a sus antecedentes; no obstante, afirma que no desmayó en su intento por dejar atrás un universo que la mantuvo 25 años como esclava de un desenfreno incontrolable.
 
En la actualidad trabaja en el programa Solidaridad que dirige la vicepresidenta Margarita Cedeño de Fernández, donde asiste a los centros educativos y de regeneración e imparte talleres de prevención a jóvenes y adolescentes. La dicha de poder lograr que estas personas de los barrios no caigan en el mundo de la delincuencia y las drogas, la llena de satisfacción.
 
Pese a considerar que la sociedad ha sido indiferente con el tema de drogadicción y delincuencia, pondera el trabajo de las autoridades para ayudar en la reinserción de los jóvenes a la sociedad. “Instituciones como Hogar Crea Dominicano, unido a la perseverancia y el apoyo de familiares y amigos, ayudan a los adictos a reinsertarse en la sociedad como entes productivos.
 
“Una vez fuera de los vicios, la meta principal  es aprovechar la oportunidad que les da la vida para poder ser útiles a la nación, ya sea estudiando, trabajando o en cualquier otra actividad que les permita recuperar el tiempo perdido“.
 
Su madre
Casilda Reyes, madre de Thania, confiesa que vivió momentos  difíciles, pero hoy se siente feliz de haberla sacado de ese mundo: “Aunque ella fue adicta por largos años, hoy es una mujer renovada, goza de una vida plena y diferente. Luego de su rehabilitación, su objetivo fue cambiar y, ha sido radical esa transformación”.
 
Describe la orgullosa madre que fue un proceso duro, pero bonito. Agradeció a Hogares Crea, en la persona de Julio Manuel Días Capellán, al que desea que Dios lo pueda mantener por largos años en la tierra.
 
“La gente no se imagina lo que es una institución como esa y lo que puede lograr, claro si la persona quiere, de no hacerlo será un destruido, pues a una gente con esa condición le quedan dos remedios: la cárcel o la muerte, no hay otra forma”.
 
Doña Casilda Reyes agradece ante todo a Dios y desea que cada palabra que diga su hija en sus talleres sean dirigidas por Él.
 
Muchos reeducados al salir de Hogares Crea se plantean metas, tienen sueños,  propósitos, y Thania Fernández Reyes, aunque perdió una etapa preciosa de su vida, hoy insta a los jóvenes a que estudien y trabajen. “¡Díganles no a las drogas y sí a la vida positiva!”, exclamó.

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