El pasado 4 de febrero se conmemoró el “Día Mundial de lucha contra el Cáncer”, y varias publicaciones al respecto se multiplicaron en medios nacionales e internacionales de comunicación. Pero, tratándose de algo que mata a unos 8.2 millones de personas en todo el mundo, 4 millones de ellas como fallecimientos prematuros, no solo vale la pena volver al tema, sino, además, reiterar hasta el cansancio la necesidad de emprender acciones urgentes “que aumenten la concienciación sobre la enfermedad y desarrollar estrategias prácticas que le hagan frente”.
En esta ocasión, la Unión Internacional para el Control del Cáncer (UICC por sus siglas en inglés), empleó el lema “A nuestro alcance” con el objetivo de mostrar un “enfoque proactivo y positivo en la lucha contra la enfermedad y poner en relieve que existen soluciones para todo el proceso de atención oncológica a través de cuatro pilares: Estilos de vida saludables, detección precoz, tratamiento para todos y maximizar la calidad de vida.
Se reconoce que el cáncer es responsable de casi el 13 por ciento de las muertes en el planeta, más que las que causan el VIH/SIDA, la tuberculosis y la malaria juntas y también se habla de que para 2030, el número de casos aumentará a 62 por ciento.
Pero, también afirman los especialistas que más de un tercio de dichas muertes se pueden evitar, y muchos tumores malignos son curables. La clave es detectarlos a tiempo. El derecho de recibir tratamientos y servicios de atención efectivos y de calidad, se formula dentro de las posibilidades para vivir y vencer esta terrible dolencia; e indudablemente ello conlleva reforzar los sistemas sanitarios, mejorar el acceso a diagnóstico, tratamiento, medicación, rehabilitación y cuidados paliativos de calidad, y lograr el acceso universal a los servicios de tratamiento del dolor y de control del sufrimiento físico y psicológico.
Esperamos que el sistema de salud dominicano ande por estas vías, porque, además, hay que recordar que el cáncer es un tema prioritario de salud pública en el mundo que afecta por igual a todos y todas, sin diferencia de clases.
