Reza el viejo refrán: “A río revuelto, ganancia de pescadores” y dicho así vale como sentencia; pero a veces se emplea en cotidianidades nada saludables, como está sucediendo con la situación de los haitianos en el país y hechos de violencia que, lamentablemente, tienen lugar en estos días.
Por ejemplo, en Santiago, un cadáver de un haitiano fue encontrado colgado de un árbol en el parque Ercilia Pepín, de esa ciudad. La Policía Nacional informó que persigue a dos indocumentados del vecino país con relación a la muerte del compatriota, y descartó que el crimen del inmigrante haya tenido como móvil asuntos de racismo, como divulgaron algunos sectores.
En Haití se viven momentos de zozobra e inestabilidad y la situación de regularización de documentos de quienes debían legalizar sus papeles aquí, ha tenido en su propio gobierno tranques y retrasos de las autoridades y en consecuencia debido a tales circunstancias, muchas personas han quedado aun en el limbo.
De todos modos, lo importante es no mezclar pasiones en lo que acontece, porque aquí y allá el respeto al ser humano debe primar. En el caso del haitiano asesinado se ofrecerán los resultados de la investigación, tal y como anunció la Policía; en otros sucesos similares siempre habrá la investigación necesaria y quien sea culpable de un acto de tal envergadura debe pagar, porque nadie, absolutamente nadie, debe aprovechar “río revuelto”, para ganancias de falsos pescadores.
