República Dominicana despidió 2014 con el doloroso saldo de 177 mujeres asesinadas por sus actuales o exparejas, según informó el departamento de prensa de la Procuraduría General de la República. Este año se inició, desde el primer día de 2015, con un penoso feminicidio, al cual siguieron otros, y otros.
La violencia de género sigue cobrando vidas, con métodos que impresionan a la opinión pública. Crueldad, salvajismo, persecución y amenazas se cuentan a diario. Esta vez una noticia apareció en las primeras páginas de los principales medios escritos y digitales del país, “Mujer se querelló 20 veces contra agresor y se salva de milagro”. Albaneris Silverio fue encerrada en una habitación por su expareja, Juan Carlos Martínez, quien de inmediato incendió la casa. La madre declaró a la prensa que su hija se había querellado al menos 20 veces en contra de Martínez, debido a los múltiples maltratos y amenazas de muerte. No obstante, la propia progenitora afirmaba que muchas de las órdenes de arresto y alejamiento no llegaban al agresor, porque debía entregarlas ella, personalmente, y temía que la matara en ese mismo momento.
El rescate de Silverio es loable, pero se sabe que cada mujer maltratada y amenazada corre los mismos riesgos, que la dilatación de las querellas y los métodos aun existentes para llegar a los perpetradores tienen que ser diferentes, o seguiremos presenciando muertes terribles y evitables.
La Unidad de Violencia de Género y Familiar protege, evalúa y ofrece terapia sicológica a la mujer que escapó de entre las llamas. El miedo permanece en ella y sus familiares. Juan Carlos Martínez sigue prófugo, y los muchos Martínez que en silencio maltratan y atropellan tienen que ser localizados y castigados cuanto antes.
