Valores “en reversa”

Resulta que ahora los tiempos han cambiado y mucho…Antes, en los barrios, comunidades, calles, como en las tribus indias de otrora, los ancianos, cubiertos por su sabiduría y bendecidos por la experiencia, eran las figuras cimeras, ecuánimes consejeros a quienes acudía, no solo la familia consanguínea, sino además la extendida, para dilucidar problemas éticos u otras interrogantes que ellos, con ese prestigio ganado lustro tras lustro, sabían responder con acierto.
 
Ahora, en muchos barrios las respuestas se buscan en quienes tienen el poder absoluto, ya sea porque trafican, roban y brindan “apoyo” material  a quienes, por situación económica u otras incalificables razones solicitan su ayuda, lo que a su vez significa protección y silencio.
 
Hace un tiempo, un sacerdote mexicano repetía a sus seguidores en una iglesia recién construida, que nadie sabía si sus cimientos estaban manchados de sangre, pues hasta allí habían llegado los tentáculos del narcotráfico.
 
Corrupción, sicariato, tráfico de drogas y múltiples formas de violencia social se manifiestan en la mayor parte de los países de la región. República Dominicana no es una excepción. Las autoridades confiesan que se les hace muy difícil apresar a los culpables, pues prácticamente poseen un bastión defensivo  en su entorno y resulta casi imposible sorprenderles, pese a que sus crímenes pesan con fuerza deleznable ante la mirada indiferente o cómplice, no solo de vecinos y amistades, a veces, de los propios militares.
 
En estos días, la sociedad dominicana ha presenciado enjuiciamientos de exoficiales, políticos y funcionarios. La justicia tiene que desprenderse de muchas ataduras e impedimentos para actuar y ojalá se desentrañen las artimañas jurídicas y triunfe la verdad porque, o lo valores se enderezan en su íntegro contenido o fracasa la razón misma humana de ser…

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