Son muchas las mujeres que padecen de dolor articular nocturno. ¿Son los fármacos nuestra única salvación? Sabemos que es muy difícil resolver por completo este tipo de dolencias, pero te aseguramos que podemos mejorar nuestra calidad de vida.
Te animamos pues a poner en práctica las siguientes pautas para obtener un mejor descanso diario, por tu salud y una mejor calidad de vida.
1. Averigua la causa del dolor articular
No podemos limitarnos, por ejemplo, a tomar antiinflamatorios o analgésicos sin conocer antes el origen de nuestros dolores nocturnos. Habitualmente, las personas que se quejan de dolor articular nocturno, suelen evidenciar estos síntomas:
Hormigueos y calambres. En especial en las manos. De hecho, son las manos precisamente la zona articular que más dolor ocasiona por las noches. ¿Su origen? El túnel carpiano es una dolencia muy habitual que ocasiona gran sufrimiento en estas horas de la noche.
Pinchazos muy dolorosos por ejemplo en la cadera, como si tuviéramos además una placa muy caliente que nos impide dormir en esa parte del cuerpo.
Entumecimiento e incluso rigidez de algunas partes de nuestro cuerpo, como pueden ser los hombros. Una molestia que nos impide conciliar el sueño.
Si hemos hecho algún esfuerzo particular, a la hora de dormir ese dolor se resiente aún más. Esto ocurre en muchas ocasiones, por ejemplo, en la zona de la rodilla. Si hemos andado mucho, al final del día se sobrecarga en un grado muy elevado.
Además del hormigueo y los calambres, es frecuente que a la hora de ir a la cama veamos esa zona inflamada. Hinchada. Ocurre con gran frecuencia en la zona de las manos, los dedos, rodillas, tobillos…
En conclusión. Nunca te automediques o busques remedios por tu cuenta sin antes haber obtenido un diagnóstico médico. ¿Es quizá artitritis? ¿Una tendinitis? ¿Algún tipo de lesión? ¿Bursitis quizá? Lo primero, es que tu médico te explique el origen de ese dolor articular.
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