El té que desde sus inicios se toma y se produce en la cultura oriental (países como China continental, India, Sri Lanka, Taiwán, Japón, Nepal, Australia y Kenia), es uno de los mejores antioxidantes que hay en el mundo. Gracias a los holandeses, quiénes fueron los que introdujeron esta hoja medicinal al mundo occidental, hoy en día este producto se consume en gran cantidad. Hablando un poco más de su historia, los chinos y los japoneses lo usan en sus rituales espirituales y culturales, mientras que en otros países, representa status en las altas esferas sociales, y por último, para los gitanos, era una de tantas formas para sacarles dinero a los clientes, pues leían el té.
Estas hojas medicinales llegaron a Japón en el año 618 d.C gracias al monje budista llamado Eichu en uno de sus viajes a China. En el país Nipón esta bebida fue asociada con los pensamientos Zen del pensador budista Lu Yu, comenzando así la tradición en las que se resaltan los modales y la simpleza. También con esta bebida se destacan la armonía, el respeto, la pureza y la tranquilidad. El té también contiene intrísecamente historias de civilizaciones antiguas donde se habla de monjes, corsarios, mercaderes y estudiantes que encontraban en esta planta un sosiego a la hora de tomarlo.
En Inglaterra, por su parte, fue una forma política y económica de reforzar los valores de la puntualidad y las buenas maneras, y para que la sociedad dejara un poco los hábitos cerveceros que eran muy altos en dicho país.
En estos tiempos actuales tan agitados, el té es uno de los mejores remedios para controlar el stress, sin tener que hacer uso de medicamentos que traen efectos secundarios. Lo que hace con el stress exactamente es que incrementa la producción de gaba, dopamina y ondas cerebrales alfa. En el caso de estas hojas medicinales, es distinto. Gracias a la L-teanina, un aminoácido que contiene, ayuda a acelerar el metabolismo y reduce los niveles de colesterol, lo que permite menos enfermedades de tipo coronario y de circulación, además que produce un estado de calma y relajación, gracias a que mantiene el sistema neurológico despierto.
El té se puede encontrar en diferentes formas. Está el negro que es el más común, es de sabor amargo y fuerte, pero que es expuesto a un proceso de oxidación. El blanco, al igual que el verde –muy consumido en estos tiempos- ayuda al rejuvenecimiento de la piel además de las grandes cantidades de vitamina C que contienen, evitando la oxidación y el mantenimiento efectivo de dientes, encías, cartílagos y huesos. Por su parte, el té rojo tiene propiedades que permiten evitar los dolores de cabeza.
Entre otros beneficios de tomar té, específicamente el verde, ayuda a combatir la migraña, el cansancio mental, es un excelente bronco dilatador, es un diurético natural, previene problemas bucales como las caries y previene la formación de úlceras. También tiene propiedades antidiarreicos por su alto contenido de taninos que tienen como función principal desacelerar la actividad intestinal, además de ser un desinflamatorio muy efectivo.
Hoy en día esta bebida se puede conseguir en las diferentes tiendas naturistas de las ciudades, e inclusive, en los supermercados y almacenes de cadena. Varias marcas colombianas e internacionales han importado este producto por la gran demanda que tienen actualmente en las diferentes familias.
