Un juez federal sentenció a un traficante mexicano de drogas a 22 años de prisión por ingresar 276 kilos de cocaína en Chicago ocultos en vagones de ferrocarril, en un caso que subrayó el rol de la ciudad como un importante centro distribuidor de droga en Estados Unidos entre 1998 y 2008.
El juez Rubén Castillo dijo que no había pruebas de que Alfredo Vázquez Hernández, de 59 años, fuera un miembro de alto nivel del cártel de Sinaloa, como alegaba la parte acusadora.
Pero al decidir una larga sentencia para una persona que por vez primera se presentaba ante los tribunales y que se declaró culpable, el juez admitió que tenía problemas para creer que Vázquez no estuvo envuelto en asuntos de drogas con anterioridad.
«Dada la cantidad, no tiene sentido pensar que este fue el viaje inaugural del acusado en el tráfico de drogas», dijo Castillo.
Vázquez, que durante décadas vivió en el sur de California, habló brevemente durante el juicio para pedir perdón. Fue arrestado en México en el 2011 y pasó casi dos años en una prisión antes de ser extraditado a Estados Unidos.
Durante la audiencia, el fiscal federal Michael Ferrara reiteró su acusación de que Vázquez era el coordinador logístico del cartel de Sinaloa encabezado por Joaquín «El Chapo» Guzmán, actualmente preso en México.
Los fiscales sostienen que Vázquez organizaba aviones, submarinos, trenes y camiones para transportar cocaína desde Colombia hacia México y de allí a Estados Unidos.
La parte acusadora basó gran parte de su caso en el testimonio de dos informantes, los gemelos Pedro y Margarito Flores, que están en custodia protegida y también enfrentan cargos por tráfico de drogas.
Los hermanos, que almacenaban cocaína, heroína y marihuana en un almacén en Chicago para distribuirla a 30 clientes mayoristas en Nueva York, Washington, Filadelfia, Cincinnati, Columbus, Detroit y Los Angeles, testificaron que Vázquez les dijo que él había coordinado el viaje de toneladas de cocaína desde Colombia a México.
De acuerdo con su testimonio ante el jurado, revelado en documentos presentados en noviembre, los hermanos Flores dijeron que ellos comenzaron a hacer negocios con Vázquez en 2006 y crearon una compañía para importar muebles por ferrocarril que también llevaban cocaína.
En el auge del negocio en 2007, distribuían hasta 4.400 libras (2.000 kilos) de cocaína por mes.
