El discurso a la nación que dará el jueves el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, podría ser la parte más sencilla de su controvertido plan para flexibilizar la política de inmigración.
Implementarla, en cambio, será difícil y probablemente mucha gente nunca se beneficie de ella, advierten abogados especializados en inmigración.
Fuentes cercanas al Gobierno afirman que Obama anunciará que algunos padres de ciudadanos estadounidenses y de residentes legales permanentes recibirán un indulto ante una posible deportación y que hasta cinco millones de personas podrían beneficiarse por esa medida.
Sin embargo, grupos de defensa de los inmigrantes afirman que no tienen recursos suficientes para proveer de servicios legales a sus clientes existentes, y menos a millones de posibles clientes nuevos.
No se prevé que la propuesta de Obama entregue financiamiento federal para servicios de asesoría a los inmigrantes durante el proceso.
«Si el pasado sirve de precedente, va a haber un significativo aumento de personas que pedirán asesoría legal», comentó Karla McKanders, que dirige la práctica de ley inmigratoria en la Escuela de Derecho de la Universidad de Tennessee, en Knoxville.
El nuevo plan sería similar a la acción ejecutiva de Obama del 2012, conocida como DACA, que detuvo la deportación y otorgó permisos de trabajo para inmigrantes llevados ilegalmente a Estados Unidos cuando eran niños pequeños.
McKanders dijo que ella y sus alumnos ya enfrentan problemas debido a DACA. En muchas partes de Estados Unidos, especialmente en zonas rurales, no existen suficientes abogados privados especializados en inmigración o la mayoría de los inmigrantes indocumentados no pueden costear sus servicios.
