Si te diagnosticaran una enfermedad terminal y tuvieras la oportunidad de elegir el día que quisieras morir para evitar una lenta agonía, para estar rodeado de tus familiares queridos, para disfrutar lo que te quede de vida… ¿qué harías?
Para una mujer de 29 años residente de San Francisco, la elección fue obvia. Decidiría ella misma cuándo sería su último día de vida: el 1 de noviembre.
Luego de meses de padecer fuertes dolores de cabeza, esta valiente mujer llamada Brittany Maynard fue diagnosticada con cáncer en el cerebro en enero del 2014, a menos de dos años de haberse casado, según han reportado varios medios estadounidenses.
A Maynard, quien intentaba formar una familia con su esposo Dan al momento del diagnóstico, los médicos le informaron que su expectativa de vida era entre tres y 10 años. Sin embargo, dos meses más tarde, un nuevo estudio arrojó que su cáncer era un glioblastoma multiforme grado 4, o el cáncer más agresivo. Tenía un tumor que seguía creciendo.
Su expectativa de vida se había reducido de años a solo meses de vida. El golpe no solo era contundente sino letal, ya que su muerte sería lenta y dolorosa.
Ante este triste panorama, Maynard decidió que impediría que este mal se apoderara por completo de ella. Se mudó a Oregon, uno de los cinco estados de Estados Unidos que permite el suicidio asistido. El territorio cuenta con una ley que permite a pacientes con enfermedades terminales tener acceso a medicamentos que le provoquen la muerte de forma rápida y sin dolor, según reseña telemundo.com.
Para paliar su dolor, Maynard se ha dado a la tarea de disfrutar de la vida con sus seres queridos, viajando, compartiendo y riendo en lo que llega ese inevitable momento, en el que su esposo, su madre, su padrastro y su mejor amiga la acompañarán en su cuarto, en su cama.
Además de gozar cada instante que le resta, la mujer, junto a la organización Compassion & Choice’s, creó The Brittany Maynard Fund para concienciar y luchar por aquellos pacientes que no poseen el derecho de tener una muerte digna.
