El gran reto de las Naciones Unidas

La reunión de la 89 Asamblea de las Organización de la Naciones Unidas (ONU), que tendrá lugar en la ciudad de Nueva York, a partir de esta semana, constituye el acontecimiento más importante y transcendente, después de su creación en la Conferencia de Bretton Woods, donde fue creada junto FMI, y el BM, luego de haber finalizado la II Guerra Mundial, decisiones que trazaron las pautas para el surgimiento de un Nuevo Orden y modelo económico responsable de la situación de pobreza y la degradación medioambiental que existe hoy en el planeta
 
El criterio absurdo de rentabilidad económica de este sistema, que da más importancia al crecimiento económico que a la protección de los recursos naturales y al ser humano, tiene que ver con los índices elevados de pobreza a nivel mundial, la inseguridad alimentaria y la aparición de nuevas enfermedades y el resurgimiento de otras, que se creían desaparecidas, situación denunciada por el Premio Nobel de la Paz, el ex vice-presidente de los Estados Unidos Albert Gore en su conferencia Una Verdad Incómoda.
 
Pero a esta situación a nivel global, ha contribuido también, el incumplimiento de los convenios y acuerdos aprobados en la Declaración Final de las conferencias internacionales organizadas por la ONU, para tratar temas importantes acerca de la pobreza y la situación medioambiental del planeta, de los que son ejemplos los convenios y acuerdos de la Cumbre sobre Medio Ambiente y Desarrollo, celebrada en Rio de Janeiro en el año 1992 y la Conferencia de la Naciones Unidas sobre Medio Ambiente celebrada en Nairobi en el año 1982, en la cual los temas escogidos para discusión fueron: La deforestación, degradación de los suelos y el agua, enfermedades relacionadas con las condiciones ambientales adversas, la modificación de la atmósfera, deterioro de la capa de ozono, concentración de gas carbónico, lluvias ácidas, contaminación de mares y aguas interiores, extinción de especies animales y vegetales, crecimiento de la población y el consumo dispendioso.
 
Por primera vez se tocaban temas ambientales tan importantes y neurálgicos, que llegaron a preocupar los diferentes estamentos del mundo político, empresarial, económico, científico, académico e intelectual en busca de soluciones, pero que 32 años después no han encontrado solución.
 
Consecuencia del vertiginoso crecimiento poblacional y la expansión de una economía basada en el uso de combustibles fósiles y derivados del petróleo, las Naciones Unidas y organismos multilaterales, propiciaron la creación de entidades especializadas para la búsqueda de solución técnica, científica y económica a la situación de crisis medioambiental cuyo origen había comenzado con la Revolución Industrial.
 
Así surgieron organismos, programas y comisiones como PNUD, UNEA, FAO, IPCC e iniciativas como Objetivos de Desarrollo Sostenible, Objetivos de Desarrollo del Milenio y el Protocolo  de Kioto, ninguna de las cuales ha llenado los objetivos y funciones para las que fueron creados.
 
El caso más lamentable y patético lo representa el Protocolo de Kioto, creado en la ciudad del mismo nombre en el año 1997, concebido para reducir los gases de invernadero en un 5.3% con relación al año 1990, a partir del año 2010, pero que por intereses de grupos económicos de algunos países, no ha sido ratificado, por lo que hoy se habla de sustituirlo por otro adaptado a la realidad medioambiental del presente. No menos importante es el fracaso del Objetivos de Desarrollo del Milenio, que se planteó en principio reducir el hambre en el mundo en un 50% para el año 2015, y que de acuerdo con los informes esto último no podrá ser posible. Y en cuanto a los Objetivos de Desarrollo Sostenible, responsabilidad del PNUMA, los resultados de su gestión, no han sido las mejores, lo que ha movido a que la ONU reunida recientemente en Nairobi ha propuesto la formación de la Asamblea de la Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEA), la cual actuará como subsidiaria de este organismo internacional y como la nueva autoridad mundial en materia medioambiental.
 
La PNUMA tendrá la importante tarea de propiciar un cambio en el modelo económico actual, que modifique la relación de la humanidad con el planeta ante progresivo deterioro de su ecosistema, provocado por un insostenible consumo de recursos naturales, como declarada recientemente su secretario general Bank Ki Moon.
 
Asimismo tendría la importante tarea de inculcar una nueva filosofía al proceso de desarrollo, en el sentido de que para el mismo, la conservación de los recursos naturales deben primar sobre el crecimiento económico, por lo que la UNEA deberá apoyar la revisión de toda iniciativa no cumplida y la aprobación de un nuevo protocolo para la disminución de los gases de invernadero y la mejor protección de medio ambiente y los recursos naturales
 
Al celebrarse el martes próximo la cumbre «Sí Cambiar el Clima», dentro del marco de la 89 Asamblea de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), se presenta una brillante oportunidad, quizás la última, para corregir los problemas creados por un sistema económico inhumano responsable de la pobreza y la degradación medioambiental del planeta. El 2040 es el lumbral de la esperanza, entonces actuemos ahora.

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