Los escoceses comenzaron el jueves a votar en un referendo de independencia que decidirá el destino del Reino Unido, después de que los sondeos mostraran que cientos de miles siguen indecisos sobre si mantener la unión de 307 años o apoyar la secesión.
En las horas previas a la apertura de las urnas, los líderes de ambas partes instaron a los escoceses a tomar las riendas de la historia en una votación que ha dividido a familias, amigos y parejas, pero que también ha electrificado a este país de 5,3 millones de habitantes.
Desde las remotas islas escocesas del Atlántico a ciudades como Glasgow, a los votantes se les pide responder «Sí» o «No» a la pregunta: «¿Debería Escocia ser un país independiente?».
«Este es un día histórico para Escocia. He esperado toda mi vida para esto. Es el momento de romper con Inglaterra. ‘Sí’ a la independencia», dijo un empresario que se identificó como Ron, la primera persona en votar en Waverley Court, en Edimburgo.
Mientras hablaba, una pareja de trabajadores gritó «¡Vota No!».
Cinco encuestas de opinión publicadas en la víspera de la votación situaron el apoyo a la independencia en un 48 por ciento frente a un 52 por ciento a favor de la unión, y una sexta dio un resultado todavía más ajustado de un 49 por ciento frente a un 51 por ciento.
Los sondeos también mostraron que unos 600.000 votantes de entre 4,3 millones seguían indecisos sólo horas antes de que abrieran las urnas.
«Esta es la oportunidad de una vida y debemos tomarla con las dos manos», dijo Alex Salmond, líder nacionalista escocés de 59 años, a cientos de seguidores que ondeaban la bandera escocesa blanca y azul y gritaban «Sí podemos».
