Marina Silva se gana a los inversores en campaña Brasil

Los inversores están haciéndose a la idea de una victoria de Marina Silva en las elecciones presidenciales de octubre en Brasil, a medida que la popular ambientalista emerge como su mejor apuesta para evitar otros cuatro años de un Gobierno que les desagrada intensamente.
 
El desprecio por las políticas izquierdistas de la presidenta Dilma Rousseff es tan profundo en los mercados financieros brasileños que suscitó un comentario reiterado: «Marina es como una ruleta rusa, pero Dilma es un revolver cargado».
 
El dicho refleja la desconfianza que muchos inversores sienten hacia Silva, cuyo historial de volátiles decisiones, falta de experiencia ejecutiva y énfasis en las políticas ambientalistas, incluso a expensas del crecimiento económico, han encendido varias alarmas.
 
Pero un reciente repunte en los activos brasileños sugiere que, al menos por ahora, los inversores están dejando de lado sus recelos.
 
Las acciones han subido un 10 por ciento en las últimas dos semanas, incluyendo más de un 2 por ciento el miércoles, a medida que Silva sube en los sondeos para las elecciones del 5 de octubre.
 
Encuestas divulgadas el martes y el miércoles muestran una ventaja significativa de Silva sobre Rousseff en caso de que haya una segunda vuelta el 26 de octubre, algo que ahora parece probable.
 
De figura físicamente frágil, Silva creció en la pobreza en el Amazonas, aprendió a leer cuando era adolescente y ha logrado atraer tanto a cristianos evangélicos como a una juventud urbana educada y experta en redes sociales. Sus contradicciones pueden desconcertar incluso a los brasileños y más aún a los inversores en Wall Street.
 
Aún así, desde que entró en la contienda presidencial la semana pasada a raíz de la muerte del candidato del Partido Socialista Brasileño en un accidente aéreo, Silva se ha ganado comparaciones con otros líderes globales que han capturado el deseo de cambio de la juventud.

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