La Habana.- El ferrocarril ocupa un importante espacio en el panorama del transporte cubano, lo que promueve el rescate de viejas locomotoras y potenciar proyectos como un museo al aire libre sobre el tema.
Existe en la actualidad un Museo del Ferrocarril en una antigua terminal de La Habana, en plan de reformulación, y la presencia de viejas locomotoras en sitios de recreo de la parte vieja capitalina, como parte de ese desarrollo.
Por una parte, el Museo amplía sus colecciones y de la otra se transforma en una exhibición al aire libre bajo la iniciativa de la Oficina del Historiador de La Habana.
Oportunamente, informes de esa Oficina, dieron cuenta que un parque de por lo menos 40 viejas locomotoras de vapor de los años 1878 a 1925 está en fase de recuperación para exhibirlas.
Un grupo de expertos de esa instancia, labora desde 2007 para el rescate de esas piezas, algunas que además se muestran en un parque frente a la Terminal de Ferrocarriles de La Habana.
Recuerdan que ya se repararon 30 locomotoras, algunas de ellas exhibidas en el mencionado parque (El Parque del Agrimensor) frente a la Estación de Trenes y otras distribuidas cerca de la nueva cervecería del puerto o los Almacenes San José.
El Museo del Ferrocarril de Cuba de Cristina propiamente, en noviembre de 2002 fue declarado Monumento Nacional, inaugurado el 19 de noviembre de 2000.
El ferrocarril en Cuba se puso en servicio en 1837 para el transporte de mercancías y viajeros.
Este primer ferrocarril español se construyó en Cuba y fue también el primero en servicio en las Antillas y del mundo iberoamericano.
Se decidieron por inaugurar el primer tramo entre La Habana, San Felipe y Santiago de Bejucal, el 19 de noviembre de 1937, al amanecer (por ello existe en La Habana Vieja un hostal con ese nombre San Felipe y Santiago de Bejucal).
